¿Cuál fue el secreto para que Patricio O’Ward hiciera su marcha hacia la victoria en Detroit? «Manos rápidas».
El mexicano sorprendió a los cinco pilotos a los que rebasó en las últimas vueltas de la jornada dominical en Belle Isle, ya que antes del accidente de Jimmie Johnson, estaba peleando por un hipotético Top 5. En la carrera sabatina, convirtió un Top 10 arruinado por la estrategia en un podio de tercera posición.
Mientras algunos, como Graham Rahal y Colton Herta, quedaron extrañados por la manera tan buena en la que el auto de O’Ward se comportó en los reinicios, él recordó la mentalidad que, junto con ARROW McLaren SP, adoptaron desde la pretemporada: atacar cuando había una opción real, o asegurar el resultado ya obtenido hasta ese momento.
Con la confianza de su estratega Taylor Kiel, en las últimas dos apariciones de la bandera verde, se dedicó a maximizar cada oportunidad desde el primer momento.
«Si tienes una oportunidad, aprovéchala, pero si no, ten en mente el campeonato», declaró O’Ward, respecto a algunas palabras que el también Presidente del equipo le dijo en la radiocomunicación.
«Pero en mi cabeza, los dos muchachos con los que estoy peleando el campeonato están frente a mí, y no me iba a estar complacido si terminábamos detrás de ellos, en especial si había un reinicio y estábamos todos juntos».
«Entonces, si tenía la oportunidad, iba a atacar. Sólo tenía que asegurarme de que cada strike no fuera como, ‘Oh, ¿lo voy a conseguir?’ No, tenía que ser como un boom, definitivo. Una vez que estás adentro, es tuyo».
En dos años, O’Ward pasó de estar en la incertidumbre (o como él lo llegó a calificar de «presión verdadera») a ser un contendiente legítimo por el título de la principal categoría de monoplazas en Estados Unidos.
En junio de 2019, su carrera pendía de un hilo por la falta de presupuesto y el desempeño bajo que Carlin le ofrecía; aunque ser piloto de desarrollo de Red Bull extendió, de cierta forma, su crédito tampoco fue mucho, dadas las pocas oportunidades que se abrieron en Europa y Asia.
Hoy, en la que quizá es la temporada más competitiva en tiempo reciente, el originario de Monterrey no ha dejado de mostrar la misma actitud de creerse que hay una oportunidad de alzar la copa de campeón y que el trabajo en equipo con McLaren, compañía que depositó su fe en él junto con Sam Schmidt y Ric Peterson, está a la altura de competir con los rivales más férreos.
«La gente sabe que no estoy aquí para ser quinto o sexto. Saben que estoy aquí para ganar. Estoy bastante seguro de que ese es el mensaje que transmitimos», afirmó.
«Ellos (AMSP) me han dado una oportunidad por la que mucha gente mataría, y yo quiero ser el que les dé su primer campeonato. Sí, quiero decir, no hay mucho más que decir que eso. Tengo mucha fe en este grupo de personas. Ellos tienen mi espalda, yo tengo la suya»,
«En un negocio como éste, tienes que demostrar constantemente que eres capaz y que aún lo tienes, y siento que son carreras como estas en las que todos, ese pequeño extra que puedes poner en algo, siempre se les dará, porque saben que lo estarás ahí afuera dando todo lo que tienes, para darles lo que se merecen».
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