Pasaron 21 años para que se renovara el récord de velocidad de calificación de una mujer en las «500 Millas de Indianápolis».
Katherine Legge sufrió en la hora final de la sesión de este sábado, al estar en la «Burbuja» y correr el riesgo de ser eliminada de los 30 primeros lugares, lo que implicaba tener que buscar su lugar en el Last Chance Qualifying de este domingo.
Sin embargo, de manera irónica, ni uno de sus coequiperos de Rahal Letterman Lanigan Racing logró superarla a lo largo de la tanda, por lo que se aseguró la 30˚ posición en la parrilla.
En el proceso, el promedio de cuatro vueltas de 231.070 mph que impuso en su única aparición en pista mejora el registro que Sarah Fisher impuso en 2002 (229.439 mph) para ser la mujer con el mejor promedio de calificación entre las nueve que han entrado al evento.
«Estoy muy feliz de estar de vuelta y muy agradecida con el equipo», mencionó a IndyCar al Día.
«Estuvo el factor de que salí última (a calificar), así que tuve el beneficio de su experiencia, así que los vimos y recibimos lo que ellos dijeron sobre el auto. Logramos descargar un poco el auto e ir a fondo, lo cual ellos no pudieron hacer».
El nerviosismo fue evidente en Legge cuando David Malukas se metió al Top 30 y sacó a Christian Lundgaard, uno de los pilotos de Rahal Letterman Lanigan, de la clasificación provisional con menos de quince minutos en el reloj.
A pesar del esfuerzo del danés y de Sting Ray Robb (Dale Coyne Racing) al ser los últimos en salir, no hubo forma de solucionar la falta de balance y velocidad que ambos padecieron durante la sesión.
Ahora, la regular de tiempo completo en IMSA podrá volver a disfrutar toda la parafernalia que implica competir en Indianápolis. Es su primera participación en diez años y la tercera en general, por lo que tendrá la encomienda de mejorar el 22˚ sitio que obtuvo en 2012.
«Puedo exhalar un poco ahora. Mis manos todavía están temblando. Es tanta presión. Vamos, no hay nada igual en el mundo», expresó al final del día.
«Fue un poco estresante porque se me acababa tiempo y nos estábamos preparando para volver a hacer lo mismo si eran más rápidos. Sinceramente, no teníamos tiempo y estábamos a merced de los dioses. Afortunadamente, ellos estuvieron conmigo hoy».
«También lo fue el equipo de Hendrickson Honda, que hizo un trabajo increíble al sacarme, ponerme a fondo y hacerme sentir cómoda allí. Entonces, ahora trabajaremos en el auto de carreras y mostraremos lo que tenemos».
IndyCar al Día 