
FOTO: Joe Skibinski/INDYCAR Photography
¿Qué sería de las estadísticas de Will Power si no tuviera tantos malos infortunios en las competencias de la IndyCar?
El australiano tenía bajo control la competencia de ayer domingo en el Circuit of the Americas, al haber liderado tres cuartas partes del recorrido; sin embargo, la bandera amarilla que apareció antes de su último ingreso a pits y una eventual falla mecánica lo dejaron con la duda sobre si podría haber vencido a Alexander Rossi y a Colton Herta en el último stint.
“Estoy masivamente decepcionado”, dijo. “Es como si lideraras todas esas vueltas y trabajaras tan duro todo el fin de semana para colocarte en posición. Si la bandera no nos pescó, el eje de accionamiento lo hizo. Otro agujero en el inicio de la temporada”.
Devastating. After leading every lap, @12WillPower stalled out on pit road.
This opens the door for rookie @ColtonHerta to get his first win 👀#INDYCARClassic // @COTA pic.twitter.com/MXfyqCqolC
— NTT INDYCAR SERIES (@IndyCar) March 24, 2019
Y es que el veterano de Team Penske ha dejado claro con el tiempo que es el piloto a vencer en calificaciones. Basta con ver que la última vez que arrancó fuera del Top 10 fue en Belle Isle, en 2017, hace 30 carreras. Desde entonces, ha sumado nueve de sus 56 poles históricas (está a 11 del récord de Mario Andretti) y arrancado en primera fila en 16 ocasiones.
Pero si no ha logrado más de un campeonato, como pasó antes de su consagración en 2014, es por todo lo que ha salido en su contra. En 2015, una serie de accidentes (por errores propios y ajenos) lo dejaron fuera de la carrera al título, mientras que su ausencia en St. Petersburg e inconsistencia en resultados en 2016, incluyendo en la final, lo dejaron sin margen de acción ante Simon Pagenaud.
La historia fue similar en los últimos dos años, aunque en 2018 se añadió el factor de la confiabilidad. Este año, corrió con suerte de que la caja de velocidades no se rompiera en la primera parte de la carrera en St. Petersburg, pero en Austin, la rotura del eje de transmisión acabó con sus posibilidades que de por sí ya estaban perdidas, ante el accidente de James Hinchcliffe y Felix Rosenqvist que cerró los pits y, en caso de seguir, lo mandaría al final del grupo.
Sea por la postura que ha mostrado ante los criterios de los comisarios (aunque quizá la ubicación del auto de Rosenqvist hubiera cerrado de cualquier modo la entrada a pits), o por la irregularidad mencionada, él sabe que no se puede permitir este tipo de situaciones si quiere alzar la Copa Astor por segunda vez.
“Los chicos Verizon han hecho un gran trabajo. Fuimos rápidos en todo el fin de semana. Solo quiero tener un paso bueno y normal para comenzar la temporada”, indicó.
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