La matemática es la única que mantiene vivas las esperanzas de Will Power para ser campeón de la IndyCar en 2017.

Ni siquiera el hecho de largar en la pole le permitió al australiano seguir recortando la desventaja ante el líder general Josef Newgarden, producto del accidente que sufrió en la largada de la Gateway 500 de este sábado.

«Estaba super resbaloso», declaró tras salir del Centro Médico. «Ojalá hubiera hecho más calentamiento, hubiera tenido más temperatura atrás».

Y es que de manera extraña, el arranque de la competencia en el repavimentado circuito cobró como víctima al piloto de Team Penske; la combinación de una pista sin grip suficiente, junto con los neumáticos fríos y el gran rebase que Newgarden le hizo en la primera curva derivaron en la desestabilización en el balance del auto No. 12, mandándolo al muro.

Para su mala suerte, la escena se tornó peligrosa cuando Ed Carpenter montó su vehículo encima del suyo, aunque ambos salieron ilesos. Takuma Sato también quedó con daño, por lo que quedó fuera de acción.

Solo un resultado desfavorable de Newgarden, Helio Castroneves, Simon Pagenaud y Scott Dixon mantendría a Power en las dos pruebas restantes; para no quedar eliminado de forma matemática, deberá quedar con no más de 88 puntos de desventaja ante el lider general al finalizar la carrera de Watkins Glen de la siguiente semana.

La victoria de Newgarden, junto con los Top 5’s de los pilotos mencionados, lo dejaron con déficit de 83 unidades.

«Es muy frustrante», aseguró.

Es el cuarto abandono del año para Power.