Por primera vez desde la reunificación de categorías, tres pilotos de Chip Ganassi Racing se han alzado con triunfos en la IndyCar en un mismo año.
En 2021, el contexto dentro de la organización campeona reinante es totalmente distinto al de los últimos años, pasando de ver un dominio y liderazgo claro de Scott Dixon a un escenario en el que sus tres titulares de tiempo completo han ganado una carrera.
En 31 años de historia, la única temporada en la que tres pilotos de la agrupación subió a lo más alto del podio fue en 2002: Bruno Junqueira y Kenny Bräck lo hicieron en CART, mientras Jeff Ward hizo lo propio en la Indy Racing League.
Este año, Álex Palou, en su segunda temporada, ya lideró la puntuación en varias carreras, en tanto que Marcus Ericsson logró convertir su consistencia en victorias el fin de semana pasado.
Esto es algo que Dixon considera positivo; si bien ya había tenido respaldo de sus coequiperos en turno a la hora de amarrar varios de sus seis títulos, desde la era de Dario Franchitti no contaba con compañeros capaces de reafirmar la superioridad del equipo, que se ha mostrado en todo tipo de pistas.
Pero esto también puede ser desventajoso a la hora de definir el título.
«Creo que lo hace más difícil para mi», dijo. «Hay mucha más gente de la cual aprender».
«Creo que, especialmente con estos fines de semana comprimidos, hay muchas cosas que puedes sacar de cada piloto. Eso incluye hasta a Jimmie (Johnson). Todo el mundo hace algo un poco diferente. Cuando estás guiando ese impulso en una dirección, y todo el mundo está detrás y empujando, hace una gran diferencia para todos».
«Sí, ha sido genial. En el pasado hemos tenido situaciones similares que tal vez no han sucedido tan bien para algunos de los otros pilotos, lo que definitivamente ha sido frustrante.
«En general creo que es enorme para Chip, para la organización que avanza y para el futuro, pero también es una gran ayuda para mí.

Y es que, en todo momento, la comunicación ha sido clara y abierta entre los integrantes del equipo Ganassi, lo cual consolida una mentalidad ganadora y competitiva.
Dentro de una serie que considera que «ya no tiene equipos pequeños» y enfatiza en la ejecución perfecta desde el primer minuto de práctica, por el nivel de paridad de la parrilla, el hecho de que Palou tenga cuatro podios y sea sublíder general, que Ericsson sea séptimo con siete Top 12’s y Johnson con Tony Kanaan, pese a que los resultados no lo reflejen, muestren progreso, es algo que todavía mantiene a la organización como la principal a vencer en la carrera hacia la Copa Astor.
No sería la primera vez que tengan a más de un piloto como contendiente al título en la última fecha. Dan Wheldon quedó como subcampeón en 2006, por el desempate en triunfos ante Sam Hornish Jr., con Dixon quedando en 4º general, a 15 puntos.
Tres años después, Dixon y Franchitti combatieron a Ryan Briscoe (Penske) por dos frentes en Homestead-Miami Speedway, siendo la del escocés la efectiva, que le valió la consagración por 11 unidades ante el neozelandés.
En dado caso de que el escenario vuelva a pasar este año, la orden será clara de parte de la jefatura.
«Si corres duro al final, lo único que te pide Chip es que no se eliminen, lo que para nosotros no sucede con demasiada frecuencia, lo cual es bueno y, con suerte, no sucederá en el futuro», afirmó.
«Una vez que llegas a la pista y a la carrera, todo el mundo está tratando de ganar. De nuevo, creo que eso ayuda al equipo de muchas maneras. Si podemos ser 1-2-3-4, eso es lo que haremos. Intentar mantenerlo (competitivo) todos los fines de semana. Así que no hay órdenes de equipo».
Dixon no ha tenido las mejores semanas en tiempo reciente, en cuanto a resultados. Una decepción tremenda en las «500 Millas de Indianápolis», en la cual pasó de ser el piloto a vencer a tener una falla mecánica y, pese a que intentó hacer magia con la estrategia, finalizó en 18º lugar.
La racha descendente continuó en Detroit, donde las banderas amarillas no le favorecieron, si bien rescató un 8º y un 7º puesto. Mientras tanto, Palou estuvo cerca de ganar en Indy 500 y rescató un podio de Detroit, donde arrancó mal el fin de semana.
Pese a afirmar que su desempeño ha sido «decente», la suerte no ha estado consigo, un cambio casi radical si uno recuerda cómo arrancó la campaña pasada.
Este domingo es el turno de Road America, donde es el único piloto con victorias múltiples (2017 y 2020-1).
«Siento que hemos estado tocando la puerta, las cosas nos han salido un poco… no lo sé. No diría que hemos tenido problemas importantes o falta de velocidad ni nada de eso», explicó.
«Creo que el equipo ha hecho un muy buen trabajo. Creo que también hemos hecho un muy buen trabajo al dividir quizás las estrategias, lo que ha cubierto al grupo. Hemos visto a tres de los autos de Ganassi obtener una victoria este año, lo cual es fantástico.
«No lo sé. El arranque del año pasado, tres victorias en las tres primeras carreras, es una excelente manera de comenzar el año. Evidentemente, este año no ha iniciado así. Aún (así estamos) terceros en puntos».
«Creo que si miran hacia atrás en años anteriores, tal vez todavía sea un buen inicio para nosotros. Pero definitivamente es hora de bajar la cabeza y ojalá podamos perseguir otro campeonato».