El calor del verano fue el mayor enemigo de los pilotos y estrategas de la IndyCar en el circuito mixto de Indianápolis.
Así como pasó en Texas, hace un mes, la segunda fecha de la temporada se convirtió en una prueba de fuego para la categoría… casi literalmente.
Con temperatura ambiente de al menos 30ºC , y tomando la bandera verde con 50ºC en la superficie, la competencia de este sábado fue una batalla estratégica, por el manejo preciso de los neumáticos durante cada stint, y sobre todo en lo físico.
Conor Daly, por ejemplo, perdió más de 5 kilos tras completar los 314 kilómetros de recorrido. Max Chilton corrió sin sistema de líquidos y acabó exhausto.
En ambos casos, fue la falta de ritmo constante y, sobre todo, las velocidades de los autos y una pista técnica (los promedios de vuelta fueron de casi 200 km/h) lo que exprimió a los pilotos, junto con las debilidades que aún tiene el Aeroscreen y que se expusieron.
«Mi cuello estaba hecho trizas», declaró Graham Rahal tras el evento. «Estoy deseando recuperarme esta semana. Road America va a ser genial. Tenemos buenos momentos para respirar un poco en comparación con aquí, y hoy definitivamente fue una carrera física».
I lost north of 12lbs in the race today. It was HOT in the wagon. Really brutal temps. Heart rate lower on road courses but more difficult with the heat I thought. Felt great after Texas. Was feeling ROUGH after today. #IndyGP pic.twitter.com/PsdliX0dOs
— Conor Daly (@ConorDaly22) July 4, 2020
Recordar que este evento se realiza convencionalmente en la primera mitad de mayo, cuando las condiciones no son tan exigentes (de hecho, se corrió a menos de 10ºC y la sensación térmica fue apenas de 6ºC).
Pero la pandemia del coronavirus obligó a IndyCar a posponer el evento al fin de semana del 4 de Julio, en el que se juntó el factor del calor y el debut del Aeroscreen, que aún no tiene un sistema de ventilación consolidado, en circuitos no ovales, produciendo temperaturas que excedieron los 35ºC dentro del habitáculo.
«Es una cabina tan pequeña, y se siente como si el aire simplemente se queda, no sale de la cabina y no hay viento», detalló Simon Pagenaud, quien remontó de 20º a tercero, en parte gracias a la bandera amarilla que generó Oliver Askew. «De hecho, podías correr con el visor abierto para tomar un poco de aire».
«Pero creo que solo tenemos que trabajar un poco en la ventilación, tal vez trabajar en el casco y en el tubo (que conecta ambas partes) y también en tener una botella de bebida más grande. Creo que eso era lo que teníamos en el pasado, y (con) el nivel de calor, (una botella chica) no me funciona».
Para su fortuna, la misma pandemia y encierro consecuente les ha permitido a todos los pilotos establecer un régimen físico más constante, lo que se refleja en el hecho de que se sienten «en su mejor momento» en este rubro. Nadie debió ir al Centro Médico por deshidratación.
El desgaste de neumáticos también condicionó de la carrera, en especial el comienzo, ya que quien adelantara su primer detención a los pits podía aventajar a sus rivales, incluso por una sola vuelta, fuere con el compuesto duro o el blando.
No obstante, la bandera amarilla que se generó Askew condicionó las estrategias; ya con nubes arriba, el auto de Scott Dixon fue quien mejor aprovechó las condiciones, lo que le permitió escaparse de todos.
«Una vez que llegamos a esa vuelta 40, teníamos una idea clara de lo que íbamos a hacer. Teníamos buenos neumáticos», dijo.
«Sólo teníamos un set de una vuelta desde la calificación y luego un set (de rojos) de dos vueltas (usadas9 desde la calificación cuando algunos de los otros habían hecho un par de salidas en el Fast Six».
«En general, todo salió bien para nosotros y el auto fue realmente rápido al final, donde el cambio (de compuestos) ayuda».
Es posible que ocurran más escenas que exijan el físico de los pilotos en las siguientes dos semanas: si bien se visita Road America el 11 y 12 de julio, habrá dos competencias dentro de una agenda condensada, y después está la fecha doble en Iowa que, con todo y que se corre de noche, las temperaturas rondan los 30ºC.
Aunque las dos primeras pruebas se aprobaron, no se descarta que el Aeroscreen reciba más opiniones, mientras más información se tiene de su comportamiento.
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