
FOTO: Joe Skibinski/INDYCAR
Tony George tuvo que contener su emoción, frente al público, en ocasiones múltiples este lunes.
Uno de los personajes que más polarización causa en un sector del deporte motor estadounidense, aún hasta nuestros días, evidenció sentimientos encontrados al anunciar el traspaso del Indianapolis Motor Speedway, la propiedad que tanto defendió durante 30 años, a Roger Penske.
“Fue una decisión importante para nuestra familia, especialmente en este momento”, fueron algunas de las primeras palabras que comentó, con la voz entrecortada.
“Esto es extra especial para todos nosotros porque todos hemos crecido a su alrededor. (Su hermana) Nancy y yo llegamos del hospital a la casa justo al final de la calle, así que literalmente hemos crecido a nuestro alrededor. Nuestros hijos y nietos han hecho lo mismo”.
“Es agridulce, pero muy emocionante para nosotros porque sabemos que estamos pasando la antorcha a un individuo que ha creado una organización que no solo es dinámica sino que es ideal, creo, para hacerse cargo de la administración, una corporación que que involucra a una familia, al igual que la nuestra. Pero con un historial que realmente no tiene comparación”.
El 14 de noviembre se cumplirán 74 años de la compra del óvalo de Speedway que Tony Hulman, abuelo de George, hizo a Eddie Rickenbacker, un hecho que marcó la historia del circuito, ya que fue el impulsor de las “500 Millas de Indianápolis” después de la Posguerra. Muy pocos eventos como éste han atraído a pilotos, marcas y patrocinadores de todo el mundo, además de ser la plataforma por excelencia para la innovación tecnológica.
Cuando Hulman murió, en 1977, fue su esposa Mary Fendrich Hulman quien asumió el control del circuito, aunque fue por poco más de una década, cuando por cuestiones de salud y su edad avanzada, heredó los activos a su hija Mari Hulman George.

Es en 1988 cuando aparece la figura de Anton Hulman “Tony” George, piloto con poco historial que se convirtió en el nuevo mandamás de la pista, siendo responsable del desarrollo de diferentes medidas de seguridad, como el SAFER Barrier.
Aunque la visión que Penske tiene para el futuro es ambiciosa, el mismo magnate estadounidense reconoce el antecedente que George estableció desde mediados de los 90, al expandir horizontes más allá del Clásico del Mes de Mayo y llevar a la NASCAR, Fórmula Uno y MotoGP al autódromo.
Pero en su búsqueda férrea por preservar la hegemonía del circuito por sobre todas las cosas bajo su control, George queda marcado como el individuo que fracturó el deporte, al distanciarse de CART, enemistarse con varios propietarios de renombre (liderados por Penske, irónicamente) y crear la Indy Racing League en 1994, con ideales opuestos a la serie que llegó a competir contra la misma F1.
George se mantuvo como Jefe Ejecutivo de la pista y de Hulman & Co. hasta 2009, ya con las dos categorías unificadas, pero muy dañadas en su reputación, cuando por decisión familiar fue removido. En la pista, fue dueño de Vision Racing de 2005 a 2010 y, desde 2012, es socio del equipo que maneja su hijastro Ed Carpenter.

A pesar de que también dejó la Junta Directiva durante algunos meses, la edad avanzada de su madre hizo que George reasumiera la posición de Chairman, desde 2016 hasta la fecha.
Pese a todo, y aún después de ser odiado por diferentes sectores de aficionados, muchos pilotos, propietarios de nueva generación y miembros del paddock agradecen muchas de sus acciones, ya que en otro contexto, no hubieran tenido una oportunidad de hacer una carrera en el deporte.
Año con año, en el banquete anual de la Indy 500, se le rinden honores y agradecimientos a la labor que él y su familia han realizado, tanto por el circuito por casi tres cuartos de siglo, como por la comunidad de Indianápolis durante 170 años.
Fue George quien tuvo la idea de hacer este cambio de administración hace mes y medio, con la finalidad de asegurar el crecimiento continuo que las dos propiedades han vivido, en especial desde 2016.
De ahí que el traspaso tiene un impacto significativo, y que el apretón de manos en la línea de meta de ladrillos tenga simbolismo, en más de un sentido, para más de una persona.

“Creo que todos nos damos cuenta de que, como familia y como organización, probablemente lo habíamos llevado tan lejos como pudimos”, expresó George.
“Creo que Roger, su estructura, sus recursos, sus capacidades que demuestra solo llevarán esto a otro nivel, así que de eso se trata. Nosotros apoyamos que continúe, elevando este activo y planteando una nueva pretensión sobre su futuro. Nosotros, con emoción, estamos felices de estar aquí hoy”.
Mientras una página nueva en el Speedway y las carreras de autos Indy está por escribirse, quedando en manos de otro apasionado de esta disciplina, también finaliza un capítulo que tuvo de todo, desde la proyección mundial hasta los contrastes y desunión que, para bien o para mal (dependiendo de la perspectiva), son imprescindibles al repasar su historia.
1 comentario en «Final de una era en la familia Hulman-George»
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