El campeón defensor de las «500 Millas de Indianapolis» no es de los que piense que se deba delinear un plan antes de la carrera.

Y es que a pesar de clasificar en la primera fila de salida, en tercera posición, Alexander Rossi es uno de los que ha demostrado que puede ocurrir hasta lo más inusitado, como ahorrar combustible durante 36 vueltas para poder llegar al final del recorrido sin ingresar a pits.

«Esta carrera, por las (banderas) amarillas, por su distancia y por las veces en las que puedes ir hacia adelante o atrás en posiciones, no hay una estrategia definida», comentó después de la clasificación.

«Es cuestión de tomar una vuelta a su tiempo y ejecutar cada una de esas vueltas. Y después, puede que tu plan entre en juego en las últimas 20 o 25 vueltas si estás al frente, por lo que después empiezas a tener un proceso por atravesar».

Por ende, gracias a la experiencia acumulada durante el año pasado, su primero en Indianapolis y la categoría, se siente más relajado de lo que pueda enfrentar el próximo domingo, por lo que el objetivo será seguir mejorando diversas áreas que Andretti Autosport necesita.

«Todo día en el que manejes un auto de carreras, mejoras», aseguró. «Esa es mi impresión y creencia, entonces tienes que llevar eso para adelante».

Asimismo, Rossi le advirtió a Fernando Alonso, con quien compartía mesa en la conferencia de prensa, que vivirá la que quizá sea la tradición menos grata del día de las «500 Millas de Indianapolis».

En el final de su encuentro con medios, el californiano le recordó al español que las actividades previas a la carrera, en caso de quedarse en un motorhome dentro de la pista, inician cuando suenan los cañones, a las 6 AM (Hora Local), mientras se abren las puertas al público.

«Espero con ansias ver a Fernando pasar por ello, que creo que es de las 6 AM al mediodía, antes de que la carrera comience», bromeó.

«Son probablemente las seis horas más bonitas de tu vida. Seguramente él lo disfrutará».