Análisis de Fernando A. Alonso (@fdoalonso en Twitter)
Un piloto es tan bueno como su último resultado.
Esta es una de las máximas en el deporte motor que se utiliza para recordar que los logros son noticia irrelevante cuando no se ha llegado al objetivo.
Alexander Rossi es uno de los pilotos más importantes en la IndyCar Series; en el Gran Premio de Detroit, una inmensa mayoría de espectadores lo animaban mientras daba caza al Penske No. 12 de Will Power y “solo” pudo terminar en segundo puesto.
Esto, porque última carrera en el trazado urbano de la Belle Isle puso al californiano en la dura tarea de clasificar por 70 vueltas, partiendo desde el undécimo puesto, ya que su equipo aprovechó la rapidez de su auto y lo colocó en la estrategia a tres detenciones.
Además, los neumáticos suaves que Firestone llevó a Detroit perdían su ventana de rendimiento prematuramente y, aunque no se terminaba su vida útil, requerían una administración que impactaba en los tiempos comparación con el compuesto duro.
«El equipo hizo un trabajo increíble y el auto fue fantástico», comentó en conferencia de prensa. «Ayer pensábamos que teníamos un auto para estar delante, y las circunstancias lo impidieron. Es bueno tener el auto donde debería haber estado y tener una oportunidad allí al final».
«Obviamente, Will hizo un trabajo fantástico con un neumático que tiene mucha caída al final. Hicimos todo lo posible para controlar el ritmo y llegar al final, pero probablemente nos faltó una vuelta. Aún así, en general, un buen resultado para el equipo».
El No. 27 de Andretti Autosport fue de los primeros en entrar a cambiar las gomas rojas por un juego de nuevas negras, lo que lo enviaba al fondo de la parrilla para escalar el mayor número de posiciones antes de que los punteros, que buscaban alargar su primera tanda en suaves, pasaran a los boxes.
Las vueltas de Rossi eran tan demoledoras que se situaba en las primeras cuatro posiciones aún después de que los Ganassi de Dixon y Palou salieran de los fosos en la estrategia alterna.
Fantasmas del pasado rondaron al ver a Alexander con ese ritmo; sus dos más recientes carreras en callejeros, St. Petersburg y Long Beach, terminaron con el auto de Napa en 20º y en quinto, en parte por estrategias infortunadas y errores de equipo; errores previos suponían que nada estaba dicho pese a verlo en esta formidable actuación.
Power controló la punta, pero dejaba el juego de suaves para el final; con 20 vueltas por cumplir y poco más de 16 segundos de diferencia; así, el australiano se dedicó a conservar neumático luchando con algunos rezagados en pista.
Aunque el trafico ayudó para que Rossi, quien seguía con tiempos un segundo más rápido que el líder, metiera un poco de presión en la última vuelta, no fue suficiente como para poner en riesgo la victoria del Penske al cruzar la meta.
“Hicimos lo mejor para gestionar el ritmo e ir por él (Power) al final, pero estuvimos cortos por una vuelta” declaró.
“Al final, la carrera fue un poco mejor con el agarre o (pudo ser) el caucho en el piso del resto de los autos”, explicaba el norteamericano sobre como Power mantuvo con vida sus neumáticos suaves por tan lago tiempo.
Este podio en suma con el quinto puesto logrado la semana pasada en Indy 500 lo hace el mejor auto de Andretti en la tabla del campeonato. Su séptima posición esta a 74 puntos de Power, quien retoma la punta en al contienda por la copa Astor.
La confirmación de su llegada al Arrow McLaren SP y los resultados positivos parecen haber caído bien en su estado de animo, aunque él lo niegue.
El equipo liderado por el mexicano Patricio O’Ward necesita un talento que los impulse a dar el paso para entrar al grupo de los tres grandes y, con este nuevo aire, Rossi parece ser la pieza más lógica para el crecimiento sostenido del proyecto.
“Creo que el auto 27 en particular tiene un buen momento para ir a una de nuestras mejores pistas que es Road America”, dijo Rossi. “Nos sentimos bien acerca de la posición en la que estamos”
Los logros del pasado no significan mucho, a menos de que se esté en buena forma, pero… ¿cuál es la última gran actuación de Alexander?
Aquella paliza que puso en 2019 en Elkhart Lake, la siguiente cita del campeonato.