El tema que genera incertidumbre actualmente en el mundo de la IndyCar es que permanece el riesgo de que no haya 33 autos en la parrilla de salida para las «500 Millas de Indianápolis» de este año.
Hace casi un mes se confirmó la inscripción de JR Hildebrand en el tercer auto de AJ Foyt, siendo la 32º combinación piloto-equipo con intención de participar en la 106º edición del clásico del automovilismo.
Pero desde entonces, ni siquiera rumores concretos han corrido en el paddock ni en las noticias, lo cual genera gran preocupación porque dentro de dos semanas (20 y 21 de abril) se desarrollará en el Speedway un Open Test, es decir, una prueba colectiva en la cual todos los inscritos acumularán kilómetros y los novatos que no lo han hecho, podrán completar el Programa de Orientación.
Dos son los motivos que han generado esta situación se deriva del crecimiento de equipos de tiempo completo en el campeonato de IndyCar. Muchos de los mecánicos que sólo trabajaban en Indy 500 ahora tienen contratos permanentes con agrupaciones como Meyer Shank Racing y Rahal Letterman Lanigan, que expandieron operaciones.
Además, están los casos de Ed Carpenter Racing, que aumentó la actividad en su tercer auto tras la promoción de Conor Daly a piloto de tiempo completo y el movimiento de Ed Carpenter a un tercer auto para todas las fechas en óvalos, y Chip Ganassi Racing, que tendrá cinco monoplazas en Indy luego de que Jimmie Johnson se comprometiera a correr todo el certamen.
Es válido recordar el caso de ARROW McLaren SP, que a diferencia de otros años, ahora tiene a un grupo de mecánicos que trabaja específicamente en la realización de pruebas – como las que Stoffel Vandoorne y Nico Hulkenberg tuvieron en el invierno – y que está en ritmo para el regreso de Juan Pablo Montoya para las dos carreras.

Encontrar más mecánicos con experiencia es más difícil en estos días y por ello es que Dale Coyne Racing, Andretti Autosport y AJ Foyt Racing, que en el pasado han tenido una gran cantidad de inscritos, se oponen a añadir autos.
Mismo caso con Juncos Hollinger Racing, que desde que absorbió el programa técnico de Carlin, dejó en claro que sólo iba a tener un auto, el cual conducirá el novato Callum Ilott. Aún con su inicio aceptable de campaña, la falta de ritmo y experiencia del británico en superspeedways hacen que Ricardo Juncos no quiera tomar riesgos y perjudique el programa de tiempo completo con la adición de un segundo auto.
Esta es la otra razón por la renuencia de algunos equipos a tener vehículos adicionales: el riesgo de no calificar a la carrera. En cierta forma, esto contribuyó a que Carlin ya no estuviera en la IndyCar este año, luego de su debacle de 2019, cuando dos de sus tres autos no calificaron y el tercero chocó en la carrera.
Foyt se quedó con un auto fuera en 2021, pero el respaldo financiero de ROKiT significa una bocanada de aire fresco para su programa de 2022. Coyne y el mismo McLaren también han vivido la cruel situación de ver a un piloto suyo fuera de la parrilla de 33.
Hay motores y chassis disponibles, pero si no hay mecánicos – y dependiendo del caso, presupuesto – para desarrollarlos de forma competitiva, no les llama la atención ampliar su operación por un par de semanas.
El que la tecnología híbrida y motor de combustión nuevos se hayan retrasado a 2024 cambia en cierta forma el panorama presupuestario a largo plazo para equipos y preparadores de unidades.
Al final, lo más probable es que sólo haya 33 inscripciones y muy poco drama en las calificaciones; por ello, algunas voces afirman que todo se resume en saber si Team Penske, que redujo su programa para 2022 y que siempre se ha opuesto a tener cuatro autos – en especial tras el desempeño general de sus autos en mayo pasado – puede ayudar a solucionar el panorama.

No sería extraño que Roger Penske, ahora dueño de IndyCar y del autódromo de Indy, haga los arreglos necesarios para tener un cuarto auto por su cuenta (trayendo a mecánicos de sus programas de resistencia) o se asocie con Paretta Autosport, tal como en 2021, para que Simona de Silvestro vuelva a competir.
El problema es que este segundo escenario es menos viable, ya que desde el año pasado, Beth Paretta ha buscado ampliar su presencia en otras rondas del campeonato. de IndyCar. Otro mal resultado en Indy 500 comprometería sus opciones.
Como medios han reportado, la otra alternativa es Cusick Motorsports, que participó en 2021 en alianza con Andretti Autosport y que quiere volver a inscribir a Stefan Wilson. Al no haber (aún) un equipo para establecer una asociación técnica, a Don Cusick se le empieza a acabar el tiempo para construir un programa competitivo.
No sería la primera vez que el dueño de la serie en turno otorgue todas las concesiones para convencer a otro equipo (Andretti, Foyt o Coyne) de tener un auto más y completar la parrilla de 33, pero ese sería un recurso de último minuto.
Estamos a dos semanas del entrenamiento colectivo en Indianápolis y a menos de seis semanas del primer día de prácticas de las 500 Millas. La atención tendría que estar en analizar quién puede ser favorito a la victoria o el debut de Jimmie Johnson y los pilotos europeos, pero infortunadamente, el efecto contraproducente de tener una parrilla sana en IndyCar – menos en su carrera más importante – continúa generando ruido.