Las «500 Millas de Indianápolis» es un evento que trastoca muchas historias entre sus 33 participantes, sin importar si uno es novato o tiene 20 años en activo.
El evento del mes de mayo se considera como un punto culminante en la trayectoria de un piloto de carreras, al ser una de las carreras más prestigiosas y difíciles de ganar una o varias veces.
Pero además está el elemento de emotividad, por todo el camino que han recorrido a nivel deportivo y que cada uno conduce y maneja de forma particular. Tales son los casos de Tony Kanaan y Helio Castroneves, quienes de no ser por André Ribeiro, quizá no serían las estrellas que son en la actualidad.
El brasileño Ribeiro murió hace una semana tras una batalla con el cáncer. Además de quedar en la historia como el primer ganador de Honda, después de Emerson Fittipaldi, fue uno de los precursores de los representantes brasileños en las categorías estadounidenses.
Los veteranos, quienes compiten en su 20º y 21º Indy 500 este domingo, siempre estarán agradecidos por la oportunidad que recibieron de parte suya.
«André fue una de las razones por las que vine a Estados Unidos. André corría para Steve Horne cuando estaba en Tasman Motorsports en Indy Lights y cuando yo estaba en Europa. Él llamó mi atención y me dijo ‘Oye, deberías venir aquí. Hay oportunidades más grandes en Estados Unidos'», compartió el jueves pasado, en el Día de Medios», a pregunta expresa de IndyCar al Día.
«Con Philip Morris América Latina, ellos crearon el Marlboro Brazilian Team. Lo comenzamos Helio y yo. Luego André subió a Champ Car con Steve Horne, tomamos su lugar en Indy Lights, y de hecho reemplacé a André en Tasman, cuando se fue a Penske».
«Él era un gran amigo. Fuimos coequiperos en go-karts, a pesar de que él era nueve años mayor que yo. En esencia corríamos para el mismo equipo en diferentes categorías».
«Fue muy triste saber de su fallecimiento, en especial porque creo que nadie sabía que él estaba enfermo, no le dijo a nadie, así que fue repentino que eso pasara».
«Como cuando perdemos a otros buenos amigos en la vida, lo mejor que puedo hacer será correr e intentar honrarlo y rendirle homenaje, André quizá es el tipo que es responsable por el cual estoy en Estados Unidos».
Ribeiro fue uno de los cuatro pilotos brasileños que corrieron en Indy 500 en 1995, junto con Gil de Ferran, Christian Fittipaldi y Raúl Boesel; de hecho, fue el novato mejor clasificado, aunque finalizó en 18º posición.
Al año siguiente, fue parte de los ocho connacionales en participar en la Rio 400 de CART en Brasil, subiendo a lo más alto del podio. Sería una de sus tres victorias en la categoría.
Su muerte dejó pesar en Kanaan y Castroneves, a tal grado de que el piloto de Meyer Shank Racing portará una calcomanía en su casco, en su memoria, un gesto en el que su ex equipo Team Penske, para el cual corrió Ribeiro en 1998, contribuyó.
«Fue una noticia muy triste. Fue una persona que me ayudó al inicio de mi carrera, cuando fui a Tasman Motorsports en Indy Lights. Fue algo shockeante», afirmó Castroneves.
«Quiero mantener mis recuerdos, los últimos, que tengo con él. Y estoy seguro que él está en un lugar mucho mejor, estoy rezando por su familia. Fue una pérdida muy sorpresiva para el deporte motor, para nosotros».
