
FOTO: Karl Zemlin/INDYCAR
Aunque los pasos de evolución continuaron el fin de semana pasado, IndyCar deja abierta la posibilidad de mover la fecha de implementación de motor nuevo con tecnología híbrida.
En la calificación de las “500 Millas de Indianápolis”, los autos tuvieron un incremento en potencia, producto del ajuste de la presión del turbo en 1.5 milibar; a pesar de la llegada del Aeroscreen, esto se reflejó en las velocidades tope y el hecho de que la pole de Marco Andretti superó en promedios a las de las últimas dos ediciones.
Esto es parte del plan rumbo al cambio de la fórmula de motores, en los que se mantendrán de 6 cilindros con doble turbocargador, pero su capacidad pasará de 2.2 a 2.4 litros y tendrá un sistema análogo al KERS de Fórmula 1, en el que los coches utilizarán la energía del sistema de frenos para habilitar el sistema “Push-to-Pass”
La fecha tentativa de implementación será en 2022, pero incluso antes la pandemia de la COVID-19 se indicó que el panorama podía ser “fluido”. La crisis sanitaria hizo que el trabajo de los socios de IndyCar se detuviera, por se no puede descartar un nuevo retraso.
“Estamos en constante comunicación con nuestros dos fabricantes (Chevrolet y Honda)”, declaró Jay Frye, Presidente de INDYCAR, este miércoles. “Tenemos toda la intención de seguir adelante como siempre hemos dicho que lo haríamos”.
“El momento de esto… no estamos exactamente seguros de cómo se verá nuevamente en el futuro debido a todo lo que ha sucedido”.
“Todavía hay empresas, proveedores y vendedores que aún no están completamente en marcha con (sede en) diferentes lugares del mundo, diferentes países (por ejemplo, Ilmor, desarrollador de motores de Chevy). ¿Cómo podemos juntarlo todo, cómo tiene más sentido?”.
“Obviamente, los equipos también son una gran parte de esto, cómo les afecta esto (la pandemia) desde una perspectiva económica, porque la economía es importante para la serie y los equipos”.
“Algunas de las cosas que ya hemos hecho (el pago mensual del programa Leaders Circle de parte de la serie o el cabildeo para que el Gobierno hiciera préstamos a equipos y a Dallara), creo que ayudaron a la economía en el paddock, junto con los socios fabricantes también”.
“Es un gran rompecabezas. Solo hay que ver cómo pintará (el panorama) durante el próximo mes más o menos sobre cómo se verá en el futuro”.

Frye también reiteró en que el plan para cambiar a motores de 2.4 litros sigue en pie. Desde finales del año pasado comenzaron los trabajos para encontrar al proveedor adecuado de las centrales híbridas.
Esto también aplica para la evolución de los chassis, al ser parte del plan quinquenal de desarrollo que comenzó en 2017.
Pese a que la idea es ir reemplazando diversas piezas año con año desde 2022, para tener un monoplaza completamente distinto en 2027, el desarrollo de la situación económica, externa e interna, dictará si el plan se mantiene.
Sobre la llegada de un tercer motorista, el discurso del directivo no cambia, en función de que las conversaciones con diferentes marcas continúa.
“No podríamos estar más orgullosos de los dos que tenemos, Chevrolet y Honda son grandes socios. Claro que hemos dicho durante mucho tiempo que una tercera (marca) es muy importante”, explicó.
“De nuevo, hay muchas cosas en el mundo que han cambiado, fluido, se han movido. La forma en que se va a navegar (la situación) es obviamente muy fluida.
“Creo que a muchos les gusta lo que estamos haciendo, la dirección en la que vamos. Con Roger (Penske) entrando (como dueño de IndyCar) y Bud (Denker), todo el grupo de Penske (Corporation), se agregó otro elemento enorme que no teníamos antes. Somos optimistas sobre el futuro con un tercer socio”.