Ante la complicada situación por la que una vez más atraviesa la Indy Lights, INDYCAR y Andersen Promotions han presentado un plan quinquenal que tiene el objetivo mejorar la calidad y cantidad de sus participantes.
En un comunicado se detalló que el plan de trabajo también establecerá nuevos lineamientos que serán requeridos para participar en la IndyCar, basado en cuatro ejes:
- Una reducción en presupuestos para los inscritos.
- Un incremento en premios otorgados a los competidores.
- Actualización en los lineamientos de las licencias de INDYCAR.
- Expansión del programa de tests de la IndyCar,
El tema más relevante tiene que ver con los presupuestos anuales para participar en la Indy Lights, mismo que se ha convertido en uno de los mayores problemas desde el estreno del chassis Dallara IL-15.
A pesar de los esfuerzos para atraer más equipos nuevos, el dinero que se ha necesitado para correr por el título de la serie ha tenido niveles muy altos, lo que sumado a factores como la falta en el rendimiento de elementos como los motores, que varios pilotos han expresado en reiteradas ocasiones, han hecho pensar que es más factible adquirir un auto y motor para las «500 Millas de Indianápolis», o varias carreras de IndyCar, que firmar para 16 eventos en Indy Lights.
Este fenómeno comenzó a verse de forma notable en 2016, cuando RC Enerson abandonó la Indy Lights para firmar un par de carreras en la serie estelar; Carlin Racing prefirió colocar sus esfuerzos en la IndyCar este año, mientras Team Pelfrey no encontró pilotos que pudieran cubrir el esfuerzo para un campeonato en su totalidad.
De esta forma, el plan de reducción de costos que se planea implementar incluirá descuentos en el precio del chassis Dallara, en repuestos que necesiten equipos nuevos, en neumáticos Cooper Tires y en la renta de motor. Según declaraciones de Dan Andersen, promotor de la serie, a RACER, la inscripción para una temporada no deberá superar el millón de dólares.
El segundo punto tiene que ver con los incentivos para los participantes. A pesar de la salida de Mazda como patrocinador del Road to Indy, e independientemente de que si se encuentre un nuevo socio comercial, se tiene garantizada una beca de 1.1 millones de dólares para el campeón de Indy Lights, quien tendrá garantizada su presencia en tres eventos de IndyCar, incluyendo la Indy 500.
Además, el ganador de la Freedom 100 en el óvalo de Indy recibirá 50 mil dólares de premio, mientras los tres primeros lugares en el resto de los eventos recibirán mayores sumas a las actuales.
El tercer punto aborda los criterios para obtener una licencia de la IndyCar, que parten de las Superlicencias que se otorgan en la FIA para la Fórmula 1; aunque no se han dado detalles específicos, los requerimientos generales incluyen finalizar en los primeros tres lugares del campeonato de Indy Lights; quienes compitan por dos años, estén en el Top 5 en ambas campañas.
El último punto destaca los incentivos para atraer equipos nuevos, cuyos ahorros pueden alcanzar los 100 mil dólares. Las organizaciones que quieran unirse en 2019 recibirán descuentos en las pruebas de temporada baja, incluyendo dos días de entrenamientos en el circuito de Mid-Ohio sin costo, nuevos rines Motegi Racing y seis juegos de neumáticos gratis.
Por otro lado, Andersen confirmó a RACER que el vehículo actual de la Indy Lights extenderá su vida útil hasta 2022, para después intentar encontrar una solución para que los chassis de siguiente generación sirvan para la IndyCar, de una forma similar a la que se trata a los modelos Tatuus, cuya estructura base funciona para la Pro Mazda y la USF2000.
AER. que colaboraba con Mazda en Indy Lights, y Elite Engines, continuarán como proveedores de motores.
A pesar de este plan, queda la duda sobre si mejorará la cantidad de participantes en la serie, dada la serie de altibajos que ha sufrido en este frente a lo largo de su historia.