
Power (FOTO: Chris Owens/IMS, LLC Photo)
A pesar de los vaivenes que le ha presentado la temporada, Will Power aún está esperanzado por lograr su segundo campeonato en la IndyCar Series.
Más irregularidad de resultados no ha podido tener el ganador de las “500 Millas de Indianápolis”, quien se ubica en cuarto lugar de la puntuación, a 87 puntos del líder Scott Dixon, cuyas victorias y su regularidad en las 13 carreras disputadas hasta ahora le permitieron separarse de sus rivales.
“(El año) ha sido muy de altibajos. Lo más destacado, absolutamente, fue ganar las 500’s, pero en lo que respecta al campeonato. tenemos grandiosa velocidad, grandiosas calificaciones, solo que muchos abandonos, básicamente”, expresó este martes en teleconferencia de prensa.
“Aún estamos en el juego. Puede cambiar muy rápido. Estaba a 70 puntos rumbo al mes de mayo. Salí el mes de mayo liderando el campeonato. Estoy muy enfocado en tener un buen final de temporada”.
“Obviamente, (Josef) Newgarden y (Alexander) Rossi son muy alcanzables, pero Dixon, necesitamos que tenga una mala carrera, simple como eso. Así es como vamos a alcanzarlo, él ha tenido un buen manejo todo el año, muy fluido, muy consistente. Solo necesitamos que él tenga un mal día, básicamente”.
Además de su victoria en Indianápolis, e independientemente de lo que los números indiquen, si hay un año en el que el australiano de Team Penske se ha destacado en calificaciones, es 2018. Dos pole positions han sido la cuenta inicial en las sesiones de sábado, pero ha logrado la segunda posición de la parrilla en cinco ocasiones, perdiendo por muy poco margen ante Robert Wickens, Alexander Rossi y Josef Newgarden en más de una ocasión.
Su “peor” sitio de arranque fue sexto en la primera carrera en Detroit, dejando su promedio en 2.6, cercano a lo que Sébastien Bourdais registró en Champ Car en 2004 (ocho poles y promedio de 1.6) y 2006 (siete PP y promedio de 1.9, así como Michael Andretti en 1991 (media de 2.4) y 1992 (2.1). El mismo Power tuvo un promedio de calificaciones de 2.2 en 2011.
Pero accidentes en Phoenix, Alabama y Texas, errores en St. Petersburg y Toronto, y fallas mecánicas en Road America, le han impedido sumar puntos o consolidar los resultados que consiguió tanto en el óvalo como el circuito mixto del Brickyard, así como sus actuaciones en calificación.
Ahora, tanto él como la IndyCar se dirigen a Pocono Raceway, donde ganó en las últimas dos visitas. Su pericia en óvalos de 1.5 millas de extensión o más (considerados “superspeedways”) ha sido tal que se ha quedado con la bandera a cuadros en cuatro de los últimos ocho eventos en pistas de este tipo (desde 2016), por lo que sabe que otro buen resultado impulsará sus posibilidades de remontar, en un trazado en el que el estilo de competencia aún se desconoce, pero que se espera tenga similitudes al de Indy o al de la carrera del año pasado.
“Siento que este auto succiona mejor”, describió. “Hace un agujero más grande que el auto viejo, así que puedes tener una gran salida. Creo que la carrera será similar. Creo que será una carrera emocionante”.
“Sin haber probado ahí, es muy difícil entender cómo trabajará exactamente este kit aerodinámico. Creo que los números de carga serán similares. Predigo que será como lo fue el año pasado”.
Para comentar debe estar registrado.