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FOTO: Chris Owens/INDYCAR |
Desde Iowa en 2013 que James Hinchcliffe no dominaba de tal manera una competencia de la IndyCar Series.
Entre el 12 de junio y la noche de este sábado, en Texas, el canadiense lideró 188 de las 248 vueltas pactadas en la Firestone 600, pero las banderas amarillas y la estrategia de sus rivales lo dejaron a ocho milésimas de regresar a la victoria.
«El auto fue un absoluto cohete», dijo en conferencia de prensa. «Tuvimos el liderato en la primera mitad de esta carrera en junio al construir un auto que cuidara las llantas porque ese siempre ha sido el nombre del juego en Texas. Y eso hicimos. Lo hicimos mejor que cualquiera que tuviera también un buen auto».
Cuando apareció la bandera amarilla causada por Ed Carpenter y Scott Dixon, a 35 vueltas del final, el líder de Schmidt Peterson Motorsports se preocupó principalmente por los embates de Tony Kanaan y Ed Carpenter, quien a la postre se accidentó en el reinicio siguiente; sin embargo, fue la estrategia de Graham Rahal la que le terminó por quitarle la victoria.
«Le dí la línea interna llegando a la (curva 3)», describió. «Tenía que tomar una decisión porque pensé que podía alcanzarme saliendo de la 2. Las últimas cinco, seis vueltas estaba lado a lado con Tony y estaba monitoreando la línea».
«He visto muchas carreras ganadas aquí en la línea externa porque tienes ese impulso saliendo de la 4, y estaba pensando en los días clásicos de la IRL y los trucos de Sam Hornish Jr., pero Graham lo logró en la 3 y la 4 como nadie lo hizo toda la noche».
Hinchcliffe aseguró que él y su equipo consideraron ingresar en alguna de las banderas amarillas, pero a pesar de que casi lograron mantener la posición de pista, fue la poca cantidad de autos en la vuelta del puntero la que los perjudicó en el sprint final.
«Es mi culpa, porque lapeamos a todos hasta el quinto lugar antes de que todas esas amarillas empezaran a ondear, cuando tienes a tantos autos nuevos en la vuelta de líder, así es como pierdes muchas posiciones cuando ingresas», afirmó.
«Como estábamos a menos de 15 vueltas del final, en óvalos, los autos lapeados se van a los pits para colocarlos al final del pelotón. Si ese no hubiera sido el caso, él (Rahal) hubiera tenido que pasar por todo el tráfico, todavía en el Top 5 y en la vuelta del líder, pero con algunos autos más que sobrepasar».
«Es difícil tener un auto como ese y liderar tantas vueltas, pero no la que contaba».
Texas fue el undécimo podium para el canadiense en la categoría, además de ser el tercero en el año; a pesar de ser octavo en el certamen, matemáticamente estará eliminado de la contienda al título cuando inicie la competencia de Watkins Glen, agendada para el domingo de la próxima semana.