El australiano sabe ganar en el Texas Motor Speedway. Foto: IndyCar Media |
Hoy en día no es fácil encontrar pilotos con mucha experiencia y el australiano Ryan Briscoe parece ser la salvación del equipo Schmidt Peterson Motorsports en los óvalos y este fin de semana, en el marco de la novena cita del año, en el óvalo de Texas, el segundo de la temporada, volverá a manejar el auto número 5, perteneciente al canadiense James Hinchcliffe, quien se sigue recuperado después de su accidente en Indianápolis, dejándolo afuera de las pistas por varios meses.
Briscoe conoce muy bien el óvalo que se viene y siempre obtuvo buenos resultados, llegando incluso a ganar en el año 2010, cuando estaba en el Team Penske, y es por eso que fue elegido, una vez más, por Sam Schmidt, que el fin de semana pasado, en Detroit, probó a Conor Daly, una de las figuras, principalmente en la segunda y última carrera, donde lidero por primera vez, finalizando sexto, su mejor resultado en la categoría más rápida del mundo hasta el momento.
El debut del oceánico con este auto fue hace unos días en las 500 Millas de Indianápolis, donde cumplio con su meta de terminar la carrera, alcanzado un décimo segundo lugar, ganándole a sus compañeros de equipo.