Drama es el que ha vivido el equipo Dragon Racing durante la semana, en especial el miércoles y jueves. Resulta que Sebástien Bourdais, el ex campeón de Champ Car quien participará en toda la temporada de la IZOD IndyCar Series, otra vez no tenía su participación asegurada para el evento inaugural en St. Petersburg.
El año pasado, cuando manejaba para Dale Coyne Racing, un accidente en el warm up no le permitió tomar parte de la largada; está semana, la falta de un motor Lotus estuvo a punto de dejarlo marginado durante, por menos, la actividad del viernes. Y es que su escudería apenas recibió un propulsor hasta el jueves por la noche, ya que sólo tenían un contrato para la inglesa Katherine Legge.
A final de cuentas, el ex piloto de Toro Rosso de Fórmula Uno rodó en las prácticas, colocándose en el lugar 19 en la vespertina, pero fue capaz de dejar atrás la frustración. “Pensé seriamente que no íbamos a correr, pero ahora hay que concentrarnos e ir a correr”, dijo el galo antes de los entrenamientos.
Ante todo este asunto, Claudio Berro, encargado del programa de Lotus en IndyCar, confirmó el viernes que tendrán tres motores de reserva para el resto del fin de semana por lo que, en el peor de los casos, dos autos no podrán hacer uso de ellos.
Pero los problemas no acabaron para los pilotos europeos: Durante la clasificación del sábado, tanto Legge como Bourdais se pegaron en la misma barrera de neumáticos en sus respectivos grupos de clasificación, con lo que se “adueñaron” de la última fila de salida. Como Legge rodó en el primer grupo, se le asignó el lugar 25, mientras Bourdais (ganador de la primera carrera en la historia de St. Petersburg) se quedó con el lugar 26, tras salir en el Grupo 2.
Es un mal inicio para el equipo y su planta propulsora, pero al menos están presentes en la carrera inaugural, algo poco probable hace unos meses.
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