
Álex Palou (FOTO: Penske Entertainment/Chris Owens)
Pese a no obtener el triunfo, Álex Palou volvió a dar la gran nota en la serie IndyCar, al finalizar en segundo lugar con un alerón delantero dañado.
Un contacto con la pared para evitar al auto trompeado de Helio Castroneves, quien recibió un roce de parte de Kyle Kirkwood en el penúltimo reinicio en la jornada de este domingo, dejó al ala desprendida de manera parcial.
Pero el auto No. 10 ya no podía entrar para recibir reparaciones; más allá de la ubicación en pista, giros antes se comprometió a una situación extrema en el consumo de combustible, al realizar su segundo ingreso para intentar completar los últimos 41 giros. La ventana original no anticipaba que fuera mayor a las 32 vueltas, pero la bandera amarilla extensa del arranque le permitió jugar con una estrategia arriesgada.
No fue la primera vez que Palou enfrentó algo parecido en alguna competencia en su trayectoria; en una carrera de EuroFórmula Open en Portimao en 2014, también se encaminó a un podio con un ala rota.
Hoy no tenía mucho que perder, ya que a final de cuentas su ventaja es muy amplia en el liderato general; al manejar las dos situaciones – así como los ataques de Colton Herta, con quien intercambió posiciones prácticamente todo el día – terminó en segundo sitio.
“Nos movimos bastante bien en la primera parte. Teníamos mucho ritmo”, declaró. “Ahorré combustible y algunos neumáticos. Podríamos atrapar a los muchachos al frente. Creo que estábamos justo detrás de (Scott) Dixon (en noveno lugar), y ese fue un buen stint”.
“Entonces tuvimos la oportunidad de parar. En la amarilla (que causó Romain Grosjean) pensamos que todas las personas lo iban a hacer, y era arriesgado, pero lo logramos. Incluso con ese contacto con Helio, realmente no tenía mucho espacio para ir”.
“Sí, lo hicimos funcionar. Me alegro de que el morro delantero todavía estuviera en el auto al final, porque pude sentir que se arrastraba. Es una de esas pistas en las que no hay forma de que puedas hacer nada al respecto. Es muy salteado, y tienes que tomar algunos bordes. Estaba tratando de evitar algunos bordes, pero Colton me presionó un poco”.
“Fue un día duro, pero realmente bueno”.
Palou salió en 15˚ posición, pero admitió en todo momento que él fue responsable de su mal resultado en calificación y no de la lluvia que cayó en plena Q1.
El accidente de la primera vuelta no sólo le ayudó a ejecutar un plan de dos detenciones en pits, sino que impulsó el hecho de ir a la contraria de los líderes, algunos de los cuales se vieron perjudicados por los encadenamientos.
Cuando Christian Lundgaard, Pato O’Ward y otros pilotos entraron tras el incidente de Castroneves, avanzó al cuarto sitio y, en el relanzamiento siguiente, sobrevivió a los ataques y errores de rivales que, en teoría, estaban más cómodos con la situación del combustible.
Este punto fue el más preocupante, a tal grado de que pensaba que iba a quedar fuera del Top 5, pero mientras se acercaba a la definición, el ala rota se convirtió en el foco de atención. Ni siquiera él sabe cómo es que la pieza aguantó hasta la bandera a cuadros.
“Pude sentir que se arrastraba en la curva 2, en la que ibas a fondo y girabas a la derecha. Podía sentirlo arrastrándose. Yo decía: ‘Oh, hombre, eso no es bueno'”, compartió.
“Luego también en la curva (ascendente) en la Curva 5 y en la Curva 8, pero no me pareció tan malo. Podía sentir que estaba aumentando. Y yo decía: ‘Oh, hombre’. Barry (Wanser, estratega) me dijo: ‘Diez vueltas para el final’, y pensé, honestamente, que no íbamos a terminar la carrera con esa nariz”.
“Sí, me sorprendió bastante. Creo que sólo era el vinilo, como las calcomanías que lo sujetaban porque no hay nada más ahí. Entonces, sí, bastante impresionante”.
La cuarta victoria consecutiva en carreras de Indy – algo que no pasa desde Champ Car en 2006 – no fue posible para Palou, pero a cambio, extendió su liderato general a 117 puntos, la misma diferencia que tenía Dixon sobre Josef Newgarden tras la Fecha 8 de 2020.
Desde la reunificación, la diferencia mayor de primer a segundo lugar fue tras la final de 2016, cuando Simon Pagenaud acabó 127 adelante de Will Power gracias a la puntuación doble que se impartió en Sonoma.
Palou admite que no tenía armas para competirle a Christian Lundgaard, pero le da muchísimo crédito a su grupo de trabajo, liderado por Wanser y su ingeniero Julian Robertson, por el resultado.
“En la televisión, parece que yo estoy haciendo todo el trabajo, el que toma todas las decisiones, pero yo simplemente hago lo que puedo, en la posición en la que me pone el equipo”, indicó.
“Hoy, habíamos tenido un auto con una estrategia normal para estar en el Top 5, pero si no hubiera sido por la estrategia y el Pit Stop que fue rapidísimo, no habríamos estado en el podio”.
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