Texto de Fernando A. Alonso (@fdoalonso en Twitter)
Las 500 Millas de Indianápolis generaron muchas emociones durante cada etapa de la competencia, pero su cierre solamente dejó a Patricio O’Ward con una gran frustración.
Esto, porque el mexicano se vio sin posibilidades de realizar un adelantamiento a rendimiento puro en su intento final por conseguir la victoria.
El auto No. 5 de Arrow McLaren SP fue sorprendido por Will Power en el arranque de la carrera, perdiendo un puesto que recuperó una vuelta después para enfocarse en ahorrar combustible en la primera tanda. O’Ward mantenía una distancia prudente con Tony Kanaan en caso de necesitar atacar mientras Felix Rosenqvist estaba detrás de él, su compañero de equipo lo seguía también en una estrategia conservadora.
Después de la amarilla causada por el accidente de Rinus Veekay, el mexicano comenzó a escalar a la tercera posición atacando con prudencia para seguir llegando a los números de combustible.
Rosenqvist fue llamado temprano a la recarga de combustible saliendo delante del auto de Scott Dixon, lo cual le jugó a favor a O’Ward que, después de su paso por los fosos, tomó el liderato. En esa parte de la carrera, comenzó a probar su ritmo al frente del pelotón con una clara batalla entre AMSP y Chip Ganassi Racing. quienes intercambiaban la segunda y primera posición preparándose para la última tanda.
Dixon entró a la línea de pits pero llegó muy pasado y terminó siendo sancionado por exceder la velocidad permitida en esa zona. Entonces el equipo de Ganassi lanzó su as bajo la manga, al llamar a Marcus Ericsson por combustible y desplear la potencia de su motor Honda.
El sueco rebasó a los dos AMSP y se escapó, teniendo una ventaja de más de tres segundos hasta que el choque de Jimmie Jonhson detuvo la carrera para permitir una cierre en condiciones de bandera verde.
Al relanzarse, los autos se movían sobre la recta principal para neutralizar el rebufo de sus perseguidores, pero O’Ward se lanzó sobre el exterior para ponerse al lado del auto de Ericsson más al llegar a la curva cedió su intento al ver que no tenía espacio para concretar la maniobra y terminar en segundo al cruzar la meta.
“Marcus, saliendo de la nada, venía con una velocidad de locura”, declaraba O’Ward tras la competencia. «Me pasó como si yo estuviera detenido y después pasó a Felix en menos de dos vueltas».
“Sabía que cuando el reinicio ocurriera solo tendría una oportunidad, tuve que ir a fondo y aún así no fue suficiente”.
En la conferencia de prensa se le vió absorto en sus pensamientos cada que terminaba de hablar, pero con buen ánimo de saber que es un resultado favorable al pensar en el campeonato, donde se ubica segundo a trece puntos de Ericsson y una delante de Álex Palou.
“Estoy orgulloso de mi equipo”, agradecía O’Ward. “Me dieron un auto realmente bueno. Estaba feliz con el manejo y ejecutamos todo perfectamente”.
“Es una pastilla difícil de tomar después de una buena carrera”.
La semana entrante, la IndyCar continuará su campeonato al regresar a las calles de Detroit, donde Patricio ya ganó el año pasado.