
FOTO: Joe Skibinski/INDYCAR
¿Será 2020 el año en el que Alexander Rossi finalmente logre el título de la IndyCar?
En los últimos dos años, el californiano ha llegado a la final de temporada como oponente principal para alzar la Copa Astor, aunque se ha quedado corto en su encomienda, finalizando segundo en el ranking de 2018 y tercero en el de 2019.
Pero en lugar de lamentarse por las derrotas, afirma que éstas son una motivación para seguir alzando su nivel de desempeño y seguir llevando a Andretti Autosport hacia adelante.
“En todo caso, lo hace más deseable”, afirmó. “Es una de esas cosas que una vez que lo haces una vez, tienes la hoja de ruta subconsciente de cómo lograrlo”.
“Hay tantos factores y tantas cosas que tienen que funcionar bien para ti. El ritmo tiene que estar ahí. El equipo tiene que estar ahí. No puede haber errores. Todas las estrellas tienen que alinearse un poco”.
“En todo caso, el equipo completo está más hambriento. No hay complacencia. Todo el equipo está motivado para tratar de descubrir cómo hacerlo. Pero no quieres quedar atrapado en la trampa de esforzarte demasiado. Esa es una pendiente resbaladiza”.
Podría decirse que la temporada pasada, Rossi vivió muchos contrastes. Era inobjetable que, con todo y la desventaja de Honda ante Chevrolet en superóvalos, tenía uno de los mejores autos en las “500 Millas de Indianápolis”, aunque terminó perdiendo en un “mano y mano” ante Simon Pagenaud.
Fuera de ello, logró dos victorias aplastantes (en Road America, su margen fue de casi 30 segundos sobre su rival más cercano) y siete podios, mejorando su promedio en calificaciones y minimizando los errores.
Pero los accidentes en Pocono y el Gran Premio de Indy, y los resultados en los Iowa y Gateway le impidieron seguirle el ritmo a un Josef Newgarden que se dedicó a controlar la ventaja que elaboró durante los primeros meses del torneo.
A pesar de que el esfuerzo colectivo de la escuadra también fue irregular, Rossi asegura que el camino ascendente fue mucho mejor que en años anteriores.

“Hicimos todo bien de muchas maneras el año pasado”, dijo. “La velocidad del auto estaba allí. (El desempeño en) calificación fue bueno. Solo que hubo un par de carreras en las que teníamos el auto para ganar, no lo hicimos y, en última instancia, eso marcó la diferencia”.
“No puedes terminar en segundo, detrás del tipo al que estás persiguiendo en los puntos a menudo, y lo hicimos tres veces. Al final del día, no vino a nuestro favor”.
“En 2018, fue mucho de nosotros mismos. Hubo muchos errores que cometí yo y mi equipo que nos costaron el campeonato. El año pasado, los errores fueron bastante mínimos y la velocidad fue buena. Las circunstancias simplemente no permitieron que eso sucediera”.
Para este año, su quinto en la IndyCar, además de perfeccionar los detalles en su paquete en superóvalos y circuitos permanentes, el programa en óvalos será una de las prioridades para Rossi y Andretti, considerando que habrá tres en la campaña venidera.
Esa búsqueda por la perfección y para dar el último paso es lo que motiva al ex-Fórmula 1, incluso si ha hecho todo lo que está en sus manos y no es suficiente, lo cual pasó en los últimos dos años.
“Nunca me faltará motivación. Eso es lo que me saca de la cama todos los días, sabiendo que hay personas que se esfuerzan más, presionan más, entrenan más para vencerme”, expresó.
“(Con) la naturaleza competitiva de mí mismo y la personalidad que tengo, quiero vencerlos más de lo que (quieren) vencerme. Eso es lo que me motiva, independientemente de si fue un buen año, un año malo, un año indiferente. Eres tan bueno como tu última carrera”.
“Cada fin de semana de carrera, cada vez que estás en un auto de carreras es una nueva oportunidad y tiempo que tienes que probarte a ti mismo. Mientras esa mentalidad no cambie para mí, la motivación siempre estará ahí”.
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