
Tras arrancar cuarto, Will Power logró la victoria en 2018 tras dominar la segunda parte del recorrido y salir adelante de sus rivales tras un "splash & go" en la parte final (FOTO: Chris Owens/IMS, LLC Photo)
Will Power regresó a la victoria en la IndyCar, gracias a un buen acierto en su estrategia y ser el piloto más agresivo en la parte final del Bommarito 500k.
El australiano, quien fue el amplio dominador en la segunda mitad del recorrido, pero consciente de que no sería capaz de completar un último stint de 66 vueltas sin ingresar a pits, se escapó de sus rivales en el último reinicio de la jornada de este sábado en el Gateway International Raceway, lo que le permitió tener una diferencia ante sus rivales al momento de efectuar un “splash & go” a 18 giros de la conclusión.
Al salir en séptimo puesto, espero que el contingente cumpliera con su último servicio y superó a Alexander Rossi, por lo que al retomar el primer sitio con nueve vueltas restantes, no hubo poder humano que le impidiera ganar por tercera vez en la campaña y primera en el óvalo de 1.25 millas de longitud.
Con esto, el integrante de Team Penske no solo rompió con su sequía de triunfos que se remontaba a las “500 Millas de Indianápolis”, sino que llegó a 35 éxitos en la especialidad, desempatando con Al Unser Jr. e igualando a Bobby Unser en el sexto lugar del ranking de más victorias en la historia. Además, quedará como el único piloto que repitió en lo más alto del podio en eventos ovales en esta campaña.
En una carrera cuya definición dependió de un encadenamiento que provocó Ryan Hunter-Reay y que obligó a los pilotos a elegir si ahorraban combustible o exprimían la potencia de sus coches a sabiendas de que su ingreso era inminente, Rossi fue uno de los pocos en ahorrar de forma magistral, al sacrificar posiciones, completar los últimos 71 giros sin ingresar (equivalente a alrededor de 15% de una distancia convencional) y, pese a dejar pasar a Power, contener a Scott Dixon para apropiarse del segundo puesto, lo que le valió un descuento de cinco puntos en su desventaja en el campeonato.
El neozelandés fue el gran perdedor del día, considerando que arrancó en primer lugar y lideró 145 de las 248 vueltas completadas; Simon Pagenaud y Zach Veach, una de las estrellas de la noche al efectuar la mayor cantidad de rebases (36), lo que lo mantuvo en contención por un escalón en el podio.
Todo parecía indicar que la carrera sería una procesión, después del accidente de Sébastien Bourdais en la primera vuelta; sin embargo, un problema mecánico en el auto de Hunter-Reay permitió que los últimos 66 giros fueran testigo de buenos rebases a lo largo del pelotón, además de la generación de varias estrategias.
De esta forma, con dos carreras restantes (una con doble puntuación) Dixon se mantiene en el liderato, aunque solo 26 puntos delante de Rossi y teniendo 68 más que Power; Josef Newgarden, quien concluyó en séptimo, está a 78 unidades del primer sitio, aunque aún con posibilidad matemática.
Pietro Fittipaldi hizo una estrategia similar a Rossi, aprovechando que la bandera amarilla le permitió recuperar una vuelta de desventaja ante los punteros, y que le valió su mejor resultado del año. Partiendo desde el fondo de la parrilla, el brasileño escaló al Top 15 en la primera parte de la jornada, para después completar un último stint de 66 vueltas sin regresar a pits, lo que le permitió finalizar en 11º posición.
En contraste, el regreso a la actividad por parte de Gabby Chaves volvió a ver luz y sombra, ya que tras largar en 19º, un buen par de reinicios y un trabajo perfecto en pits lo ubicaron en 11º plaza; sin embargo, un problema con el auto No. 88 de Harding Racing lo forzaron a detenerse una vez más, lo que lo condenó a finalizar en 18º.
El próximo domingo, la serie visitará el autódromo de Portland, siendo la primera vez que la especialidad de fórmulas estadounidense corre en esta pista desde 2007.
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