Will Power tuvo la razón. Desde el test de abril sabía que, si no había ajustes técnicos considerables, la carrera del sábado tendría el estilo de carrera que menos le cae en gracia.
Y es que la casi nula degradación de los neumáticos, cuyo problema principal fueron las ampollas que causaron algunos accidentes, junto con un asfalto que desarrollaba grip gradualmente y un nivel de downforce lo suficientemente alto para no hacer diferencias, produjeron que todo el pelotón estuviera junto durante los 600 kilómetros recorridos la noche del sábado, en los que si bien los pilotos podían desacelerar y maniobrar más que en el pasado, el riesgo de accidentes múltiples era latente.
«No había dudas en mi mente», expresó tras ganar por segunda vez en el óvalo de 1.5 millas. «No dije si era bueno o malo, pero sabía absolutamente que sería una carrera en paquete».
Y es que con la experiencia que adquirió en el entrenamiento organizado hace dos meses, predijo que la pista evolucionaría lo suficiente para que la adherencia permitiera maniobras como las que se presentaron en las últimas 20 vueltas, en las que tanto Scott Dixon como Takuma Sato prepararon intentos de rebase por la línea externa.
«Era muy obvio que cuando el caucho apareciera, habría mucho grip. Se pone mejor y mejor, era tan obvio para mí que cualquiera que dijera que no iba a ser, yo no entendía cómo no podía ver eso».

La perspectiva de Power fue generalizada entre los personajes más veteranos de la categoría. Mientras despotricaba erróneamente contra James Hinchcliffe por el accidente que dejó a nueve autos fuera de acción, Chip Ganassi fue claro, al afirmar que el «pack racing» era un estilo «que han querido evitar». Tristan Vautier salió enojado porque su gran actuación se convirtió en otra cuenta por pagar para Dale Coyne.
Tras quedar fuera de contienda por el accidente que involucró a nueve autos, Ryan Hunter-Reay reforzó su gusto por las carreras que se deciden por el manejo y no por la suerte, esperando que se haya aprendido la lección sobre qué hacer y qué no hacer en estos casos.
Desde el inicio de las prácticas, Tony Kanaan tampoco fue el más contento con el paquete aerodinámico, por lo que sugirió que se evaluaran cambios para la siguiente edición.
«Sé que hay gente de acuerdo y gente en desacuerdo conmigo, pero esta fue una pista nueva. Ellos hicieron un gran trabajo… la pista, en el pasado, con la lluvia que cayó hace dos días, probablemente no hubiéramos corrido hoy, fue grandioso que cambiaran el diseño, pensé que iba ser diferente».
«Fue nuestra primera vez de vuelta porque por la construcción, no tuvimos mucho tiempo para probar, pero esa es mi opinión. No creo que debamos seguir haciendo esto de esta forma. Debemos seguir viniendo a Texas. Los aficionados son grandiosos, la pista es increíble, pero creo que tenemos que cambiar el formato un poco. Habrá que evaluarlo».
Pero al final, todo recae en la habilidad de los pilotos. Mikhail Aleshin, quien es conocido por su estilo temerario de manejo, pero a su vez fue culpado irresponsablemente por el accidente, tildó de «idiota» la actitud de algunos pilotos, quienes no calcularon algunas maniobras.
Simon Pagenaud también exhortó a sus colegas a manejar con respeto, para así evitar la destrucción de material valioso para el resto del año.
«Es nuestra responsabilidad como pilotos respetar a los otros y no desconectar el cerebro completamente», expresó. «Es nuestra responsabilidad saber que alguien está a tu lado y no hay que chocarlo».
El siguiente superspeedway en el calendario es Pocono, el 20 de agosto.
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