Volvió a quedarse a las puertas de la victoria, pero Pato O’Ward continúa con su mejor inicio de temporada en IndyCar.
Por primera vez desde que es piloto de tiempo completo en la serie, el mexicano arrancó con resultados de podio en las dos rondas iniciales de un torneo, pero siendo protagonista legítimo por el triunfo en las dos ocasiones.
En Texas lideró 91 vueltas y, junto con Josef Newgarden, dominaron al resto del grupo en la tanda larga, aunque era consciente de la aparición de escenarios como el accidente de su coequipero Felix Rosenqvist, a 72 giros de la conclusión, que cambiarían la complexión del evento y, por ende, sus posibilidades.
«A mediados de la carrera, tan pronto como pasamos a Josef, empezamos a ir por el tránsito sin problema, y eso fue lo que nos dio el liderato inmenso», comentó tras la carrera, a pregunta de IndyCar al Día.
«Yo sabia que caería una amarilla y realmente eso (la diferencia) iba a morir, pero yo seguí en mi programa, cayó la amarilla, nos juntó a todos y nos puso en el mismo ciclo».
«Siento que entre los cinco primeros no había mucha diferencia cuando todos estaban en el mismo plan, pero tan pronto se empiezan a hacer más espacios, es cuando estás en las 50 (últimas(, cuando ves unos autos por abajo y otros se mantienen más. Ahi es donde nosotros estamos my fuertes».
O’Ward fue uno de los que más espectáculo brindó desde el sábado, al sentirse cómodo utilizando las dos líneas de competencia en el óvalo de 1.5 millas y mostrando velocidad en los reinicios. En total hizo 93 rebases en pista, más que cualquier otro piloto, reafirmando el nivel de performance del paquete de Arrow McLaren en superspeedways.
Sus coequiperos también tenían potencial para ser parte de la batalla por la victoria: Alexander Rossi se mantenía en el Top 6 antes de su accidente con Kyle Kirkwood, mientras el poleman Rosenqvist fue parte del Top 10 hasta antes de su contacto con la pared.
La sucesión de eventos en el final de la carrera lo tenían en la posición ideal para realizar el ataque definitivo sobre Newgarden, aunque lo que calificó como «los dioses de las carreras» – traducido en el accidente de Romain Grosjean en la penúltima vuelta – le imposibilitaron de ejecutarlo.
De cualquier modo, quedó satisfecho con haber brindado una actuación brillante frente a su legión de fanáticos, en la que la ejecución de la estrategia salió sin errores, conservó el auto en el momento adecuado y atacó cuando sabía que podía hacerlo.
«Sabía que podía haber ganado», expresó. «Realmente no había otra forma de hacerlo además de calcular el tiempo. Tenías que hacerlo en la última vuelta porque si no, probablemente te lo iban a hacer a ti».
«Para ser honesto, sólo el momento de la última amarilla es lo que realmente nos mató. Todas las demás, no puedes juzgar cuando caían o no caían. Si lo hacían, probablemente sería una historia muy diferente».
O’Ward lidera el campeonato después de dos fechas, al ser el único piloto en haber subido al podio en St. Petersburg y Texas.
Con información de Arturo Vega