La desazón del año pasado hizo que Scott Dixon buscara una especie de reinvención de cara a la temporada 2022 de IndyCar.
Aunque se mantuvo en la conversación de la lucha por el título hasta la parte final del campeonato, el neozelandés tuvo altas y bajas a lo largo de la campaña pasada.
Por un lado, superó las 6000 vueltas lideradas en su trayectoria, algo que sólo otros cuatro pilotos han logrado en la historia; incluso, superó la barrera de 400 giros al frente por primera vez desde 2012.
Sin embargo, Dixon obtuvo una sola victoria, la menor cantidad desde 2017, y cinco podios, lo peor desde 2016. Las «500 Millas de Indianápolis» condicionaron su temporada en términos de puntos, ya que su 17º sitio fue determinante para no llegar a Long Beach con una posibilidad matemática a la corona.
El accidente en Gateway y actuaciones malas en el segundo Gran Premio de Indy y en Laguna Seca no ayudaron a sus opciones, pero en un hecho detalles técnicos como el tratamiento de los neumáticos fueron su «Talón de Aquiles» en algunas pistas, sobre todo en las que no había mucho nivel de grip.
Al final, la retroalimentación dentro de la escuadra le ayudó a no perder el rumbo completamente y tener cierta adaptación a las circunstancias específicas de cada fin de semana.
«Tener buenos compañeros de equipo para poder ver cómo se hace, creo que es definitivamente un buen paso en la dirección correcta, pero tratar de aplicar eso también es algo difícil», explicó.
«Cuando tienes un estilo natural o algo que te ha llevado a través de muchas situaciones diferentes y tener que ajustarlo no siempre es fácil, pero definitivamente ese ha sido el enfoque en la temporada baja, ya sea hablando con Dario (Franchitti) – pasé mucho de tiempo hablando con él en la temporada baja – con el grupo de ingeniería. Incluso hice un poco de mentoría de pilotos y cosas así, y estilo (de manejo)».
«Siempre hay algo que puedes escoger. El neumático cambia nuevamente este año para esos circuitos específicos, y luego algunos de esos circuitos, si observan Road America y Laguna Seca, serán diferentes tipos después de esta temporada, también, con la repavimentación, por lo que volverán a una situación de agarre bastante alto».
«Es agradable y eso es lo que te mantiene así, al menos a mí me interesa que está cambiando constantemente. Esa es la parte divertida de este deporte: siempre trata de adaptarse».
Precisamente, otro factor que Dixon no afrontaba en varios años es que sus coequiperos de tiempo completo, Álex Palou y Marcus Ericsson, no sólo fueron tan competitivos como él, sino que lograron más triunfos que él durante 2021. El español fue el primer piloto de Ganassi diferente a Dixon que se consagra en la serie desde la época de Franchitti.
Más que desmotivarlo, la existencia de competencia interna es algo que el hexacampeón de IndyCar agradece, ya que implica un desafío personal adicional mientras incrementa las posibilidades de mantener la Copa Astor en casa.
«Definitivamente es muy fuerte en este momento, creo, y todo el mundo es quizás más fuerte en diferentes situaciones, lo cual es bueno, porque puedes ver cómo se logra o cómo deberías tratar de lograrlo tú mismo, lo cual es más fácil decirlo que hacerlo», opinó sobre el nivel interno del equipo.
«Pero tener esas oportunidades, creo, y tener una fuerte competitividad dentro del grupo es muy necesario, y es genial verlo».
«De nuevo, creo que eso nos ayudará a avanzar como equipo, y para ver el nivel de confianza, creo que del lado del auto No. 10 al lado del No. 8 o incluso con Jimmie (Johnson), la progresión que hizo y la progresión que está logrando el equipo. Creo que va a ser importante para la temporada».
Dixon cumplirá 42 años en el verano y, en este 2022, iniciará su 22º temporada de tiempo completo en las carreras de Indy. Un segundo triunfo en Indianápolis, el séptimo título en IndyCar e igualar (o superar) a Mario Andretti en el ranking histórico de victorias son metas muy alcanzables.
Pero tal como el primer año, o en las peores épocas que vivió con Ganassi, la capacidad de reinventarse y sobreponerse a la derrota – en especial si es interna – es un factor que lo mantiene más que motivado antes de cada temporada. Manejar para el equipo más fuerte del paddock, en todo sentido, ayuda mucho.
«No fue el primero y definitivamente no será el último, en (cuanto a) la forma en que la pelea por el campeonato se produjo», dijo.
«Tú aprendes de esas experiencias, y creo que eso es lo que también te recarga mucho, tal vez ver algunos de los déficits o áreas en las que eres fuerte y tratar de contrarrestar lo que necesitas para salir de eso».
«Pero, de nuevo, tener el equipo que hicimos el año pasado y permitir, si tuvimos un desempeño pobre, que alguien del equipo en realidad esté al frente luchando por la victoria y que también pueda lograrlo. Creo que como situación moral del equipo, fue enorme. Había muchas caras felices y caras sonrientes, lo cual es importante».
«Pero por nuestra parte, definitivamente teníamos trabajo por hacer, y parte de eso estaba fuera de nuestro control, pero trabajaremos en las cosas que estaban bajo nuestro control e intentaremos volver a centrarnos y asegurarnos de seguir por encima de esas situaciones».