
FOTO: Chris Owens/INDYCAR
Le tomó ocho carreras a Marcus Ericsson para subir a su primer podio en la IndyCar y, en realidad, tener una actuación sin problemas.
Tanto por su experiencia en la Fórmula Uno como por la competitividad de un equipo como Schmidt Peterson Motorsports, se podía pensar que el sueco podía ser contendiente por victorias desde el mismo arranque de temporada.
Sin embargo, las circunstancias de las cada competencia y la competitividad de la serie han sido los retos más difíciles con los que ha tenido que lidiar en la curva de aprendizaje durante esta primera mitad de año, una situación que valora aún más con el segundo lugar que consiguió en Belle Isle.
“Mi meta y expectativa era correr al frente desde el comienzo. Pienso que teníamos el ritmo para hacerlo, pero ha sido un proceso de aprendizaje más profundo que lo que quizá esperaba”, comentó ayer, tras finalizar en segundo lugar en la segunda carrera en Detroit.
“No subestimé a la serie, pero es una serie muy dura, hay muchos chicos experimentados en la serie que son pilotos increíbles y también equipos. Eso ha sido una especie de proceso para mí acostumbrarme a todo eso, acostumbrarme a los neumáticos, los autos. Todo es diferente”.
“Creo que con el ritmo que hemos mostrado en todo el camino, los resultados iban a venir. Estoy realmente contento por hoy, porque pienso que lo merecemos. El equipo lo mereció eso porque ellos han hecho un trabajo increíble todo el año”.

Un problema de presión de agua en St. Petersburg, junto con una estrategia prometedora que se arruinó por un incidente con Spencer Pigot en pits en Austin, fue la carta de presentación de Ericsson en la categoría. Después encontró la velocidad para finalizar séptimo en Barber, pero accidentes en Long Beach y el GP de Indy, junto con el trompo en la zona de pits en las “500 Millas”, volvieron a perjudicar su desempeño.
Fue hasta Detroit, quizá el circuito más exigente del calendario, donde aseguró su primer resultado sobresaliente mediante una estrategia acertada, dentro del caótico desarrollo del evento, al alinearse lo más posible al plan de Scott Dixon con su ingreso a pits durante la bandera amarilla que causaron Pigot y Sebastien Bourdais, y sus dos repostajes finales bajo bandera verde. De esta forma subió a su primer podio deportivo desde la Carrera Estelar de la GP2 en Abu Dhabi en 2013.
“Aquí en IndyCar, es tan cerrado, la competencia entre P1 y P22 o 24 es un segundo. Eso significa que tienes muchos momentos en una carrera en la que necesitas ejecutar bien”, enfatizó. “Necesitas hacer las paradas en pits y las estrategias bien. El equipo de pits debe hacer su trabajo bien. Las vueltas con neumáticos fríos, reinicios, todas estas cosas. Es una serie tan compleja y difícil”.
“Creo que eso es algo que aprendí este año. Hoy fue definitivamente así. Tantas cosas pasando. Muchos reinicios. Sí, fue una (carrera) difícil. Es por eso que me hace aún más feliz que ejecutamos de la manera que lo hicimos. Creo que hicimos todo bien”.
Reiterando una publicación que hizo en redes sociales, Ericsson también destacó la experiencia del mes de mayo, aunque admitió que la situación que le ocurrió en la línea de abastecimiento fue “un poco difícil de aceptar”.
“Hoy obtuvimos ese tipo de éxito que siento que viene por nosotros. Me tomó un poco más de lo que quería. Pero ha sido un mes difícil, aunque también ha sido uno de los mejores meses en mi vida”, aseguró.
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