
FOTO: Joe Skibinski/IMS, LLC Photo
El anhelo de la prensa por ver a Robert Wickens en su regreso a un autódromo fue tal que se ha robado parte de la atención del primer día de actividad del campeonato de IndyCar.
El canadiense está de visita en St. Petersburg, donde este domingo se celebrará la primera carrera del año, siguiendo de cerca la labor de su equipo Schmidt Peterson Motorsports desde la trinchera de los pits.
“Estoy bien. Realmente lo estoy”, aseguró. “Obviamente hay días buenos y días malos. Estar de vuelta en una pista de carreras hace que todo se sienta mucho mejor, a pesar de que solo finalizó la primera práctica, es un poco extraño estar en el lado lejano de la pared de pits”.
“Desde mi frente, estoy obteniendo un poco (de mejora) de vuelta, mejorando cada día. Un largo camino. Sientes que estás en un viaje largo, un viaje de 100 millas que es una línea recta todo el tiempo sin ningún escenario, y solo estás trabajando tan fuerte como puedes para llegar al final”.
Es increíble pensar que fue hace casi siete meses cuando Wickens, “Novato del Año” de la campaña 2018″, tuvo su espeluznante accidente en el óvalo de Pocono que le dejó lesiones en más de 10 zonas distintas de su cuerpo, siendo la más delicada la de la médula espinal, que lo mantiene en silla de ruedas desde entonces.
Sin embargo, la rehabilitación que ha compartido a través de sus redes ha sido para aplaudir. Paso a paso, desde su traslado a Denver, ha detallado los objetivos, pros y contras de su trabajo físico, al ser una lesión cuyos efectos varía de persona a persona y suelen ser desconocidos a largo plazo.

A su vez, no ha dejado de viajar constantemente a Indianápolis para participar en las actividades del equipo, además de que ha profundizado su amistad con sus amigos más cercanos, James Hinchcliffe, Josef Newgarden y Alexander Rossi, entre otros.
No hay mejor prueba de que tiene toda la determinación y motivación que le hace desear volver a las pistas, en específico a las de la categoría estadounidense, sin importar el tiempo que requiera. Ante todo, Sam Schmidt ha sido enfático al mencionar que continúa guardándole un asiento.
“La cuestión de una lesión de médula es que nunca sabes cuándo llegará el día en el que no progresarás más. Creo que ahora estamos intentando utilizar todos los días que podemos para volvernos tan sanos como podamos”, dijo.
“La meta es volver a un IndyCar. No sabremos hasta que lo intente para ver si es una realidad. Aparte de eso, ha habido tantos pilotos sobresalientes que han tenido éxito con controles en mano en el deporte motor que me hacen creer que, sin importar cómo va mi progreso, estaré en un auto de carreras de nuevo. Es solo cuestión de cuál auto. El sueño es un IndyCar”.
Aunque Wickens también está consciente de que su recuperación podría tomar un giro inesperado en cualquier momento, destacó que los mensajes de apoyo que ha recibido de los aficionados y colegas de todo el mundo, han sido la motivación principal para seguir adelante.
“Todos me dijeron desde el principio que, si no puedes correr de nuevo, aún puedes hacer algo más grande con tu vida. Soy un trabajador duro. Sé que aterrizaré en algún lado. No quedé contento con esa respuesta. Es solo que no quiero un trabajo de oficina ajetreando algo nuevo. Quiero ajetrearme como piloto de carreras. Incluso si tengo que aprender algo nuevo, como controles de mano, sé que será algo con lo que trabajaré duro”.
“En esos días en los que no estoy teniendo el mejor día de rehabilitación, sientes que no quieres dar (todo el esfuerzo) en las últimas tres horas de tu día, pero después piensas sobre la meta a largo plazo de volver a un IndyCar. Es muy fácil encontrar esa motivación otra vez”.
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