
Dixon (FOTO: Mike Harding/IMS, LLC Photo)
Si hay un equipo cuyo inicio de año en la IndyCar ha sido irregular, es Chip Ganassi Racing, aunque no debería ser sorpresivo.
Sin embargo, su propietario no se preocupa por no tener el nivel óptimo de performance, considerando que los antecedentes recientes lo colocan como uno de los conjuntos a vencer para la segunda parte del campeonato.
“Históricamente, ese es el arranque típico de nuestra temporada”, expresó en una de las ruedas de prensa a las que asistió durante las prácticas de las “500 Millas de Indianapolis”.
“Nosotros comenzamos lentamente, nos ponemos en marcha desde ahora. El punto fuerte en nuestra temporada realmente es desde el Memorial Day (mayo) hasta el Día del Trabajo (septiembre). Históricamente ese ha sido el tiempo que separa a los equipos de los que quieren serlo. Tengo toda la intención de tener a ambos en la pelea en adelante”.
El conjunto multicampeón de la categoría redujo su operación a dos autos de tiempo completo durante el invierno, además de no invertir recursos en un tercer vehículo para las “500 Millas de Indianapolis”, ante los insistentes cuestionamientos sobre si la estrella de NASCAR, Kyle Larson, intentaría manejar un auto de la IndyCar.
Scott Dixon marcha cuarto en la carrera al título, pero sus fines de semana no han reflejado lo que dicen los números; su promedio de clasificación es 10.8, casi el doble de su media del año pasado (5.5), gracias a sus lugares 17 y 18 de salida en Phoenix y el GP de Indianapolis. En la más reciente carrera, hizo milagros para avanzar al segundo lugar, ya que en las prácticas, decía que el auto era un “desastre”.

Por su parte, Ed Jones es 14° en la tabla general con infortunios aún mayores que el neozelandés; sí, subió al podium en Long Beach, pero también debió hacerlo en Phoenix de no ser por un accidente en las últimas vueltas. Una falla mecánica en Alabama y una llanta pinchada en el circuito mixto del Brickyard también le impidieron cosechar buenos resultados.
Pero el equipo no está preocupado por esta situación, recordando la marcha de Dixon, por decir un caso, en 2013, en la que no solo erradicó un déficit de 92 puntos contra Helio Castroneves, sino que terminó 27 unidades delante del brasileño para quedarse con el título.
Además, el hecho de que todo el paddock continúa desarrollando los aero kits Dallara hacen que la paridad sea más estrecha; a decir de Mike Hull, Manager del equipo, hacer diferencias se ha vuelto más difícil, especialmente en Indianapolis, con todo y la semana de pruebas que han cumplido, aunque espera que la carrera del próximo domingo tenga una dinámica similar a la de los últimos años.
“Creo que la realidad es que IndyCar tiene un producto terriblemente bueno. Lo que la gente que maneja técnicamente la serie hace ahora es, en mi opinión, probablemente el mejor trabajo de todos que ha hecho el trabajo por un largo, largo tiempo”, dijo.
“Lo que también han logrado hacer es empujar esta fórmula al punto donde no hay separación disponible para los equipos. Los equipos tienen un producto muy, muy simple de afinar. Ellos no tienen la identidad individual con su producto individual. Cuando se trata de encontrar maneras de crear el impulso que necesitas para rebasar, incluso con los mejores pilotos, no está disponible como solía ser”.

“Creo que la naturaleza de la carrera será similar en la forma en la que ha sido en el pasado, pero la variación en los ajustes no es tan larga como solía ser. Creo que el producto en pista es bueno, pero los rebases aquí y las carreras aquí van a ser más difíciles, sin importar dónde comiences o dónde esperes terminar”.
Dixon arrancará en noveno lugar en la Indy 500, en tanto que Jones sufrió con las condiciones a la hora de su salida a pista, quedando relegado a 29°.