El largo día de la IndyCar no solo se vivió en Europa, o fuera de pista, gracias al primer acercamiento de la categoría al óvalo de Texas desde su repavimentación.
Tres días después de que la serie NASCAR Cup llevara a cabo su primera carrera en el renovado óvalo, ubicado en Fort Worth, la categoría ocupó el autódromo durante todo el miércoles, como ha ocurrido en años recientes, probando todo tipo de configuraciones aerodinámicas y características de los neumáticos, practicando en solitario y en paquete, simulando clasificaciones y escenarios de carrera, inicios y reinicios, con el fin de encontrar el balance adecuado para cuando regresen el sábado 10 de junio, para una nueva edición del evento de 600 kilómetros.
Sin embargo, este fue el primer contacto que tuvieron con los cambios hechos a la pista, de 1.5 millas; además de la repavimentación, después de 15 años de correr sobre un mismo asfalto, las curvas 1 y 2 fueron ampliadas, aunque su peralte bajó de 24 a 20 grados. Las variantes 3 y 4 se mantuvieron sin cambios.
Los 14 participantes reconocieron los cambios.
«El radio de la curva 1 es diferente, así como la salida de la curva 2», expresó Simon Pagenaud, quien dio más vueltas durante la jornada, al portal de IndyCar.
«Esto definitivamente ayuda a promover que los autos vayan lado a lado. La superficie es muy suave, los ‘saltos’ se han ido. Es solo cuestión de aprender cómo hacer que las llantas trabajen mejor en la pista».
En tanto, Graham Rahal, el más reciente vencedor en este óvalo, afirmó a Motorsport.com que dichos cambios no afectarán el espectáculo, reconociendo que las condiciones no serán iguales a cuando regresen en junio, debido principalmente al clima, al no tener altas temperaturas ni sol radiante.
«La curva 1, para mí, solía ser el caso de querer doblar, bajar a la línea blanca y después mantenerse por un segundo antes de comenzar a alejarse de ella en la salida. Ahora estás intentando mantenerte ahí, y la curva solo sigue y sigue», describió al mencionado portal de deporte motor.
«Siento que el radio es más como la curva 1 de Pocono».
Además, solo 14 participantes de tiempo completo estuvieron presentes; los siete ausentes, todos representantes de Honda, decidieron mantener sus recursos, después de la feria de problemas mecánicos que algunos usuarios experimentaron el fin de semana en Long Beach, California.
Sin embargo, una situación particular se desarrolló cuando Schmidt Peterson Motorsports, quien solo presentó al vehículo No. 5, pidió utilizar un motor «spec», es decir, un motor base, a lo cual la gente de Chevrolet hizo una protesta, por lo que la categoría no dejó seguir participando a Mikhail Aleshin y James Hinchcliffe, quienes se repartirían la actividad.
Scott Dixon, ocupando el vehículo No. 83 de Charlie Kimball, se quedó con el mejor promedio de velocidad, 357.232 km/h, cronometrando una vuelta en 23.354 s, seguido de Rahal, Pagenaud, Helio Castroneves y Marco Andretti.
Carlos Muñoz, poleman en 2016, fue undécimo, en tanto que Gabby Chaves tuvo un exitoso acercamiento inicial con Harding Racing. El «Novato del Año» en 2015, quien tomó esta prueba como preparación rumbo a las «500 Millas de Indianapolis», se enfocó en la tanda vespertina para sumar un total de 49 vueltas, y a pesar de ser último, no hubo problemas evidentes en la preparación y revisión de los sistemas de instalación de su auto, propulsado por Chevrolet.
«Esto muestra que estos muchachos han estado trabajando tremendamente duro en los últimos tres meses para lograrlo y así poder venir a Texas, hacer nuestro shakedown, superar cualquier problema y barrera que necesitemos trabajar, para no tener que gastar todo el primer día de prácticas de la Indy 500 haciendo esto», dijo el colombiano al portal de IndyCar.
La categoría toma los días de Pascua para descansar; la próxima semana, se dirigirá a Barber, Alabama, para la tercera fecha del año.
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