Scott McLaughlin mostró su frustración por la derrota en la carrera de IndyCar en Nashville por segundo año consecutivo.
El neozelandés se vio en desventaja ante Kyle Kirkwood a partir del segundo stint de la jornada de este domingo, además de que los encadenamientos del final y los reinicios posteriores acabaron beneficiando al piloto de Andretti Autosport por tener la vía libre.
Además de lamentar un pobre movimiento en el sprint de tres vueltas, McLaughlin criticó el protocolo que se siguió para los relanzamientos en este fin de semana, en el que se reubicó la zona de aceleración 200 metros después de la Curva 9 (la antepenúltima). En la edición de 2021, se tomó en la línea de meta original, mientras que en 2022, pasó a la segunda recta del Puente de los Veteranos de la Guerra de Corea, antes hacia la Curva 9.
Por ello, consideró que situaciones como el accidente entre Agustín Canapino, Felix Rosenqvist y Benjamin Pedersen pudieron ser evitables.
«Desde una perspectiva deportiva, los reinicios son una broma», explicó tras la competencia. «Creo que tenemos que empezar en la línea de salida/meta. No podemos pasar hasta la línea de salida/llegada».
«Siempre vas a tener las amarillas. Siempre vas a tener estos grupos que causan banderas rojas. No hay cadencia. Una vez que hay una bandera amarilla en un circuito urbano, es todos contra todos. La gente se avienta».
«Estamos en todo nuestro derecho de hacer eso. Sólo creo que si queremos tener una carrera pura, podríamos haber tenido un sprint de 10 vueltas, Kyle y yo ahí al final. En lugar de eso, paramos, comenzamos, paramos, comenzamos. La acción es fantástica, pero simplemente no tenemos carrera. Lo encuentro frustrante».
Y es que la categoría ha realizado ajustes a las zonas de relanzamiento de acuerdo con cada tipo de pista, aunque el objetivo inicial de hacer el de Nashville era minimizar el riesgo de accidentes. En plazas como Portland, esto tuvo su efecto positivo al evitar caos en las «Curvas del Festival».
Pero en el incidente mencionado, el hecho de tomar velocidad en la antepenúltima curva no fue aceptable para el piloto de Team Penske. En su lugar, insistió en cambiar los procedimientos a nivel estandarizado en el que se le da el control al líder para acelerar en la zona más conveniente de una pista, al tiempo de ser más estrictos con las maniobras erróneas en la parte final del grupo.
«No tenemos que tenerlo para los óvalos, pero creo que sucede en Long Beach», afirmó. «Hablamos de hacerlo (en la reunión de pilotos), de no rebasar sino hasta el vértice de la última curva. Al menos eso. Porque creo que cuando regresamos a verde, hay kamikazes en la parte de atrás y no les importa destruir todo. Están bien en su derecho de tirarse por adentro cuando vamos a verde. Está bien».
«Pero tenemos esta terrible secuencia de parar, iniciar, un final de carreras con aspecto de aficionado. Voy a hablar con Jay (Frye, presidente de INDYCAR) al respecto, Kyle Novak (Director de Carrera). Solo hay que ir al vértice de la última curva o a la línea de salida/llegada. Simplemente establecer un punto en el que no pueda pasar solo para ir».
«Podría estar equivocado. Yo podría estrellarme en la curva 1. Pero lo que digo, lo he hecho en Supercars. La Fórmula 1 lo hace. Otros deportes alrededor del mundo lo hacen. Simplemente se pone en marcha la carrera. Todo el mundo está en neumáticos fríos. Alguien se va a equivocar. El tipo detrás va a decir: ‘Oh no, hay un espacio, bloqueo, (efecto) acordeón, gran golpe, gente lastimada. Sólo pienso que parece de aficionados».
Fue el segundo año consecutivo en el que McLaughlin arrancó en la pole, pero terminó a las puertas del triunfo en las calles de Nashville.