
O'Ward (FOTO: Penske Entertainment)
Cuando parecía que Pato O’Ward se encaminaba al triunfo en la apertura de la IndyCar, hasta que una anomalía en el motor impidió la celebración.
Como si no hubiera faltado más drama o factores impredecibles, la forma inusual en la que se definió el triunfo bien podría resumir la competencia de este domingo en St. Petersburg.
Tanto O’Ward como Chevrolet explicaron que el plenum del motor, la celda en la cual se distribuye el aire para equilibrar la presión, tuvo un incendio menor que derivó en que la unidad se apagara momentáneamente, pero fue tiempo suficiente para que Marcus Ericsson lo adelantara.
Aún teniendo frustración por lo ocurrido, O’Ward destacó el desempeño de su equipo durante el fin de semana, que fue mucho mejor que en las dos visitas previas al evento.
“Hicimos todo bien hoy. Tengo que agradecerle al equipo, a Arrow Electronics y a todos, no sólo nuestro auto No. 5, sino también Felix (Rosenqvist), Alex (Rossi), sus grupos”, dijo.
“Siento que todos hemos colaborado fantásticamente y venimos con un paquete que ha sido un gran paso hacia donde estábamos el año pasado, por lo que es muy prometedor. Súper feliz con eso. Realmente no se movió mucho (de la puesta a punto); salimos del camión con fuerza, que es lo que queríamos hacer”.
“Tristemente, es muy molesto regalarla así. Nada más podría haber hecho”.
O’Ward no quiso apuntar a algún responsable sobre la situación, en especial porque fue una situación similar a la que ocurrió en el calentamiento previo a la competencia en Mid-Ohio del año pasado: en ese domingo, un fallo de presión de combustible lo obligó a abandonar en la carrera.
Hasta ese punto, había hecho todo para defender el liderato y triunfo potencial, pese a que Ericsson contaba con más “Push-To-Pass” y le recortó la diferencia a medio segundo. Bajo este escenario, tenía confianza en que lo iba a mantener detrás al sueco.
“Creo que hubiéramos estado bien. Estábamos manejando una brecha de un segundo, y no creo que Marcus fuera a atraparnos”, dijo.
“Eso habla por sí mismo. Justo en la salida (de la curva), perdimos el impulso y lo recuperamos. Tuvimos suerte de que Scott (Dixon) no nos adelantara. No sé qué más decir. Es muy desafortunado”.