Una vez más, Will Power rescató un resultado que parecía perdido, pero ahora eso le llevó al liderato general de la IndyCar.
El australiano se recuperó de una serie de incidentes que ocurrieron en el arranque del Gallagher Grand Prix en Indianápolis para remontar de la 23º a la tercera posición.
Además, convirtió un déficit de ocho puntos en una ventaja de nueve sobre Marcus Ericsson con cuatro fechas por disputarse en el campeonato 2022.
«Considerando el inicio de la carrera, sí, gran recuperación. Gran recuperación», dijo. «Es increíble algunas de las carreras que hemos tenido este año».
«Pero sí, mantuve la cabeza e hice lo que pude en la situación. Tuve que conseguir una gran cantidad de combustible e ir lo más rápido que pudiere. Muy buen día. Buen día para todo el equipo».
«Siempre es difícil comenzar cuarto o en la fila exterior en esta pista. Obtienes… no sé, acabas cargado en el tren. Así que es difícil llegar a la (Curva) 1. No aprovechamos al máximo eso, pero definitivamente aprovechamos al máximo el resto de la carrera».
Y es que, a diferencia de otras pistas, debido a la elección del polesitter de arrancar en el lado interno de la pista, Power inició en el carril exterior al tener el cuarto lugar de salida, lo cual le dio desventaja inicial cuando Josef Newgarden hizo un ataque sobre Pato O’Ward a su derecha y Christian Lundgaard le ganó la parte izquierda.
Al llegar a la Curva 1, luchaba para no caer más allá del sexto sitio, quedó en el «sandwich». Colton Herta, quien también le trató de ocupar el interior, le dio un contacto leve y lo desestabilizó, lo cual derivó en que el integrante de Team Penske tocara a Pato O’Ward, quien acabó trompeando.
En el desconcierto, Power cayó a 11º, pero en la segunda vuelta, una maniobra optimista de Helio Castroneves en el final de la recta trasera terminó en un contacto, involucrando también a David Malukas. Así fue como pasó al 16º puesto.
Para su fortuna, el trompo de Dalton Kellett en el cuarto giro le permitió cambiar la estrategia. Sin pensar en la carrera al título, se metió a pits a topetear el tanque y a desarrollar un escenario de emergencia que, en principio, no estaba saliendo, pero el encadenamiento que generó Simon Pagenaud impulsó sus opciones.
«En ese momento estás empezando a pensar en qué podemos hacer, si hay una estrategia alternativa, luego llega la amarilla y dices en absoluto: ‘Está bien, creo que los muchachos entienden'», compartió.
«Y hablamos de eso antes de la carrera: vamos a pits, e intentaremos hacerlo con dos paradas más desde ahí. Sí, gran número de (ahorro de) combustible, y esa fue una gran decisión. Nunca me molesté o… solo sí, eso es lo que es. Así es como se desarrolla en esta serie. Simplemente seguí adelante».
De esta forma, Power se unió a la secuencia de los líderes y regresó a la cuarta posición, que se convirtió en tercera cuando Colton Herta abandonó. No pudo hacer más avance porque tuvo que ahorrar combustible, así que se conformó con el último escalón del podio.
Es la cuarta vez en su trayectoria en la que Power lidera el campeonato a falta de cuatro fechas; de las tres anteriores, sólo una se tradujo en título, el de 2014.
Sabiendo que la competencia no aflojará hasta la última vuelta de la última carrera, reconoce que su consistencia puede no ser suficiente para asegurar su segundo título. Menos en una competencia como la que sigue, Nashville, donde hubo caos hace un año.
«Podría ser como Toronto, donde podría ser una carrera absolutamente loca, pero también podría ser muy fluida», expresó. «Simplemente no puedes predecir. No lo sabes. No lo sabemos».
«Obviamente, el año pasado, sí, con bloqueos en la pista, este tipo de cosas, fue bastante loco, pero a veces una carrera se vuelve fluida y continúa. Aunque sinceramente, creo que si hay una amarilla, seguramente generará más amarillas. Ahí es cuando la gente va por los grandes movimientos. Sí, veremos qué pasa».
IndyCar al Día 