
Carpenter (FOTO: Chris Owens/IMS, LLC Photo)
Una vez más, los 600 kilómetros de Texas presentan un panorama impredecible.
El año pasado, la generación de mayor carga aerodinámica y un bajo nivel de degradación de neumáticos, pero que no dejaban de generar “ampollas”, provocaron que los autos de la IndyCar protagonizaran una carrera en grupo que incluyó, entre otras cuestiones, un accidente que eliminó a nueve autos de la lucha por la victoria y una sucesión de banderas amarillas que arruinaron la definición.
Hoy, a pesar de que la superficie se segundo año sigue sin generar un segundo carril de competencia en las prácticas, la eliminación de por lo menos 400 libras de downforce revirtió el panorama es el mayor reto para los pilotos será similar, o incluso mayor, al que vivieron en Indianapolis, hace dos semanas.
“Lo más grande es que IndyCar decidió no tener el ‘pack racing’ aquí por la seguridad de los pilotos y por el bien del serial”, expresó Simon Pagenaud durante el viernes.
“Ellos han decidido que fuéramos con este aero kit, el cual es universal, el mismo para todos. Los autos se ven realmente bien. Se manejan bien. Solo hay que adaptarse a la realidad”.
“Definitivamente no es fácil, pero no queremos que sea fácil para todos porque todos podrían hacerlo. Quieres merecerte tu asiento. Quieres merecer tu posición como piloto de carreras. Creo que es duro, pero bienvenida la oportunidad”.
Y es que como demostró la carrera de 500 millas, el reto de manejar a más de 340 km/h no tiene que ver con sobrevivir en un grupo de autos en las tandas largas, sino saber manejar el auto y administrar todos los recursos que lo equipan, en especial los neumáticos, los cuales a pesar de tener menor vida que el compuesto presentado en 2017, siguen presentando “ampollas”, lo que influirá en el nivel de agresividad de los participantes.
Además, una de las descripciones más concretas con el nuevo paquete aerodinámico es que los pilotos tienen mayor sensación sobre la dirección que toma la puesta a punto, lo que permite una reacción más rápida ante la falta de adherencia y el alto nivel de turbulencia en tráfico.

Josef Newgarden, quien arrancará en la pole position y tendrá cierta ventaja por la posición en pista y aire limpio, describió que un stint será similar a lo vivido reiteradamente desde la llegada del chassis Dallara IR-12 original, en el que a pesar de tener un paquete en las primeras vueltas, habrá que trabajar para mantener el balance y la vida de las llantas.
“Idealmente, creo que si tienes una buena carrera, el inicio de la vida del neumático, tienes 10, 25, 20 vueltas donde los chicos están peleando, después comienza a durar poco”, describió.
“Esa es una buena combinación para nosotros, personalmente. Eso es lo que me gusta de Texas, es donde tú puedes luchar con la gente en un paquete, pero después realmente comienzas a trabajar en las llantas, intentando hacer que el auto dure. Eso es lo que predigo que va a pasar. Quizá eso cambie un poco después de que tengamos el desgaste en la llanta”.
Aunque Tony Kanaan se expresó disgustado porque pronostica una carrera “aburrida” para los aficionados, mientras Scott Dixon se dijo inseguro de lo que podría ocurrir, lo cierto es que Texas siempre se ha caracterizado por ser un lugar en el que casi no se tiene mucha información previa, especialmente en una época en la que los tests son limitados y ya no hay circuitos parecidos a Texas.
El hecho de que solo hay 150 minutos de prácticas previas tampoco favorece la situación, pero todos esperan, como el año pasado, que el grip aparezca al correr en la menor temperatura del fin de semana y que el espectáculo no sea tan negativo como algunos auguran.
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