
Montoya (FOTO: Shawn Gritzmacher/INDYCAR)
Para Juan Pablo Montoya, no importa el lugar de salida ni el tener el ritmo de un piloto de tiempo completo.
El colombiano busca, por segundo año consecutivo, su tercera victoria en las “500 Millas de Indianapolis” con situaciones a las que los aficionados no están acostumbrados de verlo, es decir, sin correr de tiempo completo y en la parte media de la parrilla de salida (18° sitio).
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Sin embargo, y en especial después de ingresar en Top 10 en la última práctica, se declara en una mejor situación que el año pasado, cuando nunca encontró la puesta a punto adecuada.
“Yo creo que estamos en un buen sitio”, dijo durante su encuentro con medios. “El año pasado éramos probablemente el peor carro y lo mostramos… este año, estamos muy bien”.
“Aquí hay que tener paciencia, adelantar cuando se pueda adelantar y cuando no tenga paciencia y si no se está bien, esperar la parada de pits, que hagan cambios, mejora en el carro y vamos mirando”.

Desde el principio de su trayectoria en Estados Unidos, específicamente en óvalos, el piloto de Team Penske se ha caracterizado por el manejo agresivo y efectivo para lograr triunfos; de hecho, fue apenas en su segunda competencia en este tipo de circuitos (Motegi, Japón, en 1999) cuando comenzó a ser protagonista, al efectuar rebases sobresalientes y luchar constantemente por victorias.
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A su modo de ver, la receta para esto no depende principalmente del talento, aunque el diferenciador extra se refleja en esto mismo.
“El secreto del óvalo es la comodidad de cada piloto, que tan cómodo está, cómo se siente… es todo de sensaciones”, describió.
“Lo importante es tener algo cómodo al principio de la carrera. La clave es tener algo cómodo que se le pueda trabajar y ajustar. Es muy difícil a veces cuando entra a la (curva) 1 y se le va la cola, y a la mitad de la curva al frente, y hace cosas diferentes. ¿Qué arregla uno?”
“Cuando tienes esos problemas, y eso el año pasado me pasó a mí, duramos tres semanas trabajándolo y no lo pudimos arreglar nunca, y cuando uno no tiene esa seguridad, no hay nada que hacer”.
Este año, Montoya está en el quinto auto del equipo de Roger Penske, el cual a pesar de no tener el mismo ritmo de trabajo que sus otros coequiperos, tiene la ventaja de haber establecido una química rápida con su ingeniero Raúl Prados.
“Vuelve las cosas mucho más fáciles, hay una buena comunicación, sobre todo porque mucho lo hablamos en español y él trata de no hablarme en español para que no lo regañen”, bromeó.

Sobre el escenario que se presenta, como cada año, el ex Fórmula 1 plantea que esta prueba es que “hay varias dentro de ella”, en la que a pesar de las condiciones del clima que el presenten el domingo, el llegar a la segunda mitad del recorrido será la clave para comenzar a luchar por el triunfo.
“El final de la carrera es lo que importa. Y al final de la carrera va a haber mucho caucho”, afirmó.
“Estas carreras son muy largas, y creo que un poco diferente para la gente que no está acostumbrada a ver carreras de duración, porque no son una parada de pits o dos, son de seis a 10. Cuando hay tantas paradas, si el carro no está bien, uno aprovecha cualquier amarilla para mejorar el carro, porque si uno no mejora, pasa con el tráfico”.
“Para cuando falten 50, hay que buscar un sitio donde se pueda estar en una buena posición y de ahí para la última parada, poder estar cerca de la pelea, hacer buenos cambios, y si uno puede hacer eso, al final uno se puede hacer un buen chance… y de ahí, lo que venga”.
Montoya no tiene planeadas competencias adicionales en la IndyCar Series, aunque adelantó que Penske hará anuncios “en otras categorías” dentro de poco tiempo; al ser cuestionado sobre la posibilidad de competir en las “24 Horas de Le Mans” en un futuro, aseguró que no
“Yo nunca he ido y tampoco me han invitado, la verdad”, expresó.
1 comentario en «Montoya, en mejor situación para Indianápolis que en 2016»
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