Bob Lazier es de las primeras personalidades del automovilismo, y de la IndyCar en específico, que han fallecido a causa del COVID-19.
El estadounidense murió este sábado, a la edad de 81 años, en su hogar en Vail, Colorado.
Originario de Minneapolis, Robert Lazier Sr. comenzó su trayectoria en la Fórmula 5000, ganando una de las carreras de los SCCA Runoffs en 1971. También hizo un par de apariciones en la USAC-Mini-Indy Series, antecesora de la Indy Lights.
Después debutó en la serie CART, siendo Novato del Año en 1981; sus mejores resultados fueron cuartos lugares en Watkins Glen y las 150 millas de la Ciudad de México. Un quinto sitio en Riverside lo consolidó en noveno puesto general.
En ese año, fue parte de una generación interesante de debutantes en las «500 Millas de Indianápolis», a lado de Josele Garza, Bill Alsup, Kevin Cogan, Geoff Brabham y Scott Brayton, entre otros. Aunque calificó en 13º, una falla de motor lo obligó a abandonar tras completar 154 vueltas.
Lazier no volvió a inscribirse en eventos de este nivel, a excepción de la Indy 500 de 1982, a la cual no calificó.
Sus descendientes siguieron sus pasos al ser pilotos profesionales: Robert «Buddy» ganó la carrera de 1996 y se coronó en la Indy Racing League en 2000; Jaques, su otro hijo, logró un triunfo en 2001.
El hijo de Buddy, Flinn, compitió en la USF2000 en 2019 (de hecho, participó este mismo sábado en la carrera virtual del Road to Indy en Road America).
Bob reapareció en el Speedway en 2013, como uno de los socios de Lazier Partners Racing, escuadra que calificó a cuatro ediciones con Buddy al volante. También fue invitado regular en las carreras vintage de la SVRA.
Por más de 50 años vivió en Trivoli Lodge, un complejo de hoteles y chalets de que él construyó junto con su esposa Diane. Toda su familia también reside en Vail.
RACER fue el primer medio en informar esta noticia.
Descanse en paz.